Sobrellevar la pandemia en casa

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Hace un par de meses, éramos testigos de un virus que dejaba ciudades chinas sin personas en las calles y luego asolaba países europeos. Por allá, lejos. La globalización permitió que apareciera por aquí en el mes de marzo, introduciendo conceptos como “distanciamiento social”, “cuarentena”, “salvoconducto”. Nos controlan los desplazamientos, no podemos ir a los trabajos normalmente, los niños y adolescentes no van al colegio, los universitarios estudian on-line, y todos los días pasan cadena nacional con las cifras de nuevos casos, muertes, recuperados y medidas a adoptar.

Nadie puede estar feliz con lo que pasa. Es tan comprensible que las personas veamos afectada nuestra salud mental cuando la certeza de lo cotidiano se esfumó, cuando tuvimos que aprender a distanciarnos, a encerrarnos. Para todos, esta situación ha significado incertidumbre.

También surgen inquietudes. No deberíamos seguir hablando de “distanciamiento social”, cuando lo que queremos decir es distanciamiento físico. Lo que más necesitamos hoy es que el entramado social sea tan estrecho, que nadie quede fuera. Es paradójico que las primeras semanas de esta crisis, hayamos aceptado tan rápidamente un concepto que va en la dirección opuesta a lo que buscamos. Quizás porque estamos acostumbrados a ser una sociedad individualista, causa perplejidad que en este momento, todos dependamos de todos.

Quedarse en casa no es fácil. Es un gran desafío compatibilizar trabajo, familia, colegio. Es complejo mantenerse activo en un espacio restringido. Hay que adaptarse forzosamente a nuevas rutinas y abandonar las que hemos tenido. Estamos lejos, pero más tensionados que nunca porque se han mezclado nuestros espacios: ahora la casa es también la oficina. Estos escenarios pueden provocar síntomas como irritabilidad, nerviosismo, angustia e insomnio. Pueden exacerbar los que traíamos, recordemos que Osorno ha pasado por otra crisis en menos de un año (nos quedamos sin agua), o pueden aparecer síntomas que no teníamos. Y es normal.

Se pueden hacer recomendaciones para vivir la cuarentena de la mejor forma posible: acuda siempre a fuentes confiables de información, mantenga comunicación fluida con compañeros de trabajo, establezca nuevas rutinas, active redes de apoyo (esto es fundamental). Es el tiempo propicio para intentar hacer cosas nuevas, leer un libro, pintar, escribir, cocinar, tocar música. Si tiene niños y/o adolescentes a su cuidado, acoja con calma sus reacciones y transmítales tranquilidad y seguridad, no los sobre exija con el cumplimiento de las tareas escolares. Haga actividades entretenidas con ellos, servirán de distracción para todos.

Además, para cuidar las emociones, tenemos que cuidar también el cuerpo: tratemos de dormir bien, de alimentarnos saludablemente, de hacer actividad física en la medida de lo posible. Hagamos familiar otro concepto, el “autocuidado”. Un aspecto central de éste es aprender a reconocer cuando las situaciones se están tornando abrumadoras, y pedir ayuda. Afortunadamente, existen diversos canales a los cuales acceder, en esto la comunidad está mostrado su esplendor.

Por Marcela Villagrán,

Psicóloga encargada de Salud Mental del Servicio de Salud Osorno.