El Gobierno confirmó este viernes su intención de aplazar en siete meses las futuras elecciones de gobernadores regionales, desde el 11 abril al 21 de noviembre de 2021, para hacerlas coincidir con los próximos comicios presidenciales, parlamentarios y de consejeros regionales (cores).
El Ejecutivo formalizó la propuesta, impulsada por sectores de Chile Vamos, en el marco de la Comisión Mixta que se encuentra debatiendo el proyecto de ley que buscalevantar inhabilidades en cargos de elección popular, tras la aprobación de la norma que establece un límite a la reelección.
«Hemos hecho un trabajo de conversar con las autoridades, se ha recogido también la alternativa de muchos parlamentarios -no digo todos- de revisar el calendario electoral de cara a la elección de gobernadores regionales, en el ánimo de ordenar esas elecciones y que enganchen directamente -como se ha planteado por muchos, no digo por unanimidad, porque esto es súper debatible- con la elección presidencial, tanto primera como segunda vuelta», explicó Cristián Monckeberg, ministro secretario general de la Presidencia.
Además, dijo el secretario de Estado, «la primaria presidencial (programada para el 4 de julio) sería también la oportunidad para las primarias de gobernadores».
RECHAZO DE LA OPOSICIÓN
En la oposición reaccionaron con molestia a la propuesta oficialista. El senador Alejandro Guillier (independiente, pro-Partido Radical) sostuvo que la idea de aplazar la votación le «huele mal», y advirtió con llevar la iniciativa al Tribunal Constitucional (TC).
«Este proyecto que se está debatiendo es muy preciso: se refiere a inhabilidades. Incluir materias que están fuera del sentido del proyecto es inconstitucional e inaceptable, por lo tanto yo, en ese caso, recurriría al TC y me dedido a buscar las firmas», dijo el ex candidato presidencial.
El senador por Antofagasta planteó además que «la proximidad de la consulta y el pronunciamiento ciudadano respecto a la elección de gobernadores daría la imagen de que acá se pretende negociar una elección, un ejercicio de la sobernaría popular, a cambio de beneficios particulares para personas particulares que tienen intereses en el caso. Olería muy mal».
«Basta de centralismo y de cálculos políticos pequeños», fustigó el presidente del PR, Carlos Maldonado.
Mientras, el timonel de la Democracia Cristiana, Fuad Chahin, recalcó que la falange «no respalda bajo ningún pretexto» el aplazamiento de la votación.
