En el marco de un Taller de Coyuntura de la Fundación Jaime Guzmán, Jaime Mañalich defendió su gestión como ministro de Salud en los meses que estuvo a cargo de la cartera durante la pandemia de coronavirus.
Se trata de su primera intervención pública desde que dejó el cargo el 13 de junio, la cual realizó luego de que la oposición presentara una acusación constitucional en su contra.
Teníamos que lograr que el brote de esta enfermedad no hiciera colapsar la capacidad hospitalaria. Aplanar la curva de los casos y demorarla en el tiempo y hacer crecer la capacidad de hospitalizar y tratar a los enfermos, cosa que en realidad todo el mundo reconoce que en Chile se hizo extraordinariamente bien y que no ocurrió lo que pasó en Italia, España, que hubo este dilema de la última cama», sostuvo Mañalich.
«Eso nunca ocurrió en este país gracias al aplanamiento de la curva de contagios y a la expansión de los hospitales tanto público como privado para contener esta infección», agregó.
Mascarilla y registro de fallecidos
El exministro aseguró que Chile fue «el primer país del mundo que dijo que era prudente que todo el mundo usara mascarillas en toda ocasión».
Además, destacó el registro que se lleva en el país respecto a las personas fallecidas. «Nosotros tenemos un registro bastante más confiable que el de otros países», señaló.
Sin embargo, reconoció que: «Estamos en un proceso extraordinariamente dinámico. Hoy día sacar cuentas es extraordinariamente difícil. Voy a poner como ejemplo a España. En España el rebrote que está teniendo significa que tienen más casos diarios que los que tuvieron en el peor momento del invierno».
Defensa a su gestión
Respecto a si cambiaría algo de su gestión, indicó que: «El día 6 de enero, tal vez el 7, yo me reuní con el Presidente y le dije que nos enfrentábamos a una situación que podía ser muy delicada, cuando la OMS no decía nada».
«Desde ese momento, empezamos a trabajar en un plan, con todas las etapas. Chile se enfrentaba en ese momento a una situación compleja, que cualquier cosa que nosotros hiciéramos significaba una violación de derechos constitucionales de las personas. Toda la oposición, incluidos los alcaldes, se nos vinieron a la yugular», manifestó.
«Nosotros, la realidad, es que cuando empezamos a hablar de esto en enero, se nos acusó de exagerados, de que estábamos armando un tongo. Cuando fuimos a la APS, no había interés en colaborar de esto, menos los alcaldes», añadió.
En ese sentido, manifestó que: «Yo creo que todo lo que se hizo y decidió en conjunto con el Presidente, era de acuerdo a los mejores datos que tenía. La única cosa que pudimos haber hecho más radical es haber cerrado absolutamente las fronteras. No llega nadie más. No llega nadie a Chile durante el próximo mes, ni los que andan en viaje de estudios en la India, ni los chilenos que están aquí y están allá».
Acusación constitucional
Sobre la acusación constitucional en su contra, expresó que: «Nosotros hoy día tenemos un vacío político gigantesco, responsabilidad de la oposición, del oficialismo, hay un desprestigio del diálogo político enorme».
«Tenemos que reconocer que hemos pasado a un sistema semipresidencial o parlamentario de facto. Vale decir, se dictan leyes que no pueden tener un origen en el Parlamento sin respeto a la Constitución, se declaran admisibles proyectos, no se respetan urgencias, dentro de esto hay esfuerzo enorme por lucha por el poder, cómo arruinamos figuras de Carabineros, del Presidente, suma y sigue», afirmó.
«Estaba seguro que se iba a presentar (la acusación). Me llama la atención que se hubiese arriesgado al último día. Les costó conseguir la décima firma. La razón no es que quisieran o no acusarme, sino que es menos atractivo acusarme a mí que acusar a otros que están en el gabinete», dijo Mañalich.
Clases presenciales
Por otra parte sostuvo que: «Esto de que los niños no tengan clases durante este periodo, probablemente van a perder el año escolar completo, no es gratuito. Es una generación que sobre todo, para los más vulnerables, produce un daño enorme, enorme, enorme».
«En mi opinión, nunca llegamos a acuerdo, pese a que el comité de expertos del Ministerio, los epidemiológos, lo señalaron de esa manera, nunca estuvimos de acuerdo con un cierre total del año escolar en todas partes», detalló.
«Si en un momento, por semanas y meses, no tenemos un caso en Aysén, ¿por qué no tienen que ir a clases? ¿Cuál es el sentido? ¿Al cuidado de quién? ¿Quién le va a dar la comida de Junaeb? ¿Quién va a garantizar que no sean abusados o abusadas? Al final la escuela es un lugar de protección, no es un lugar de daño, es un lugar de cuidado: donde almuerzan, se relacionan con sus pares», agregó.
De hecho, aclaró que en la actualidad hay comunas donde se deberían retomar las clases presenciales.
«Yo creo que efectivamente, en lugares donde hay poca enfermedad, en escuelas rurales, en lugares donde necesitan más protección, ellos deberían volver a clases, a la escuela, con todas las medidas de protección. Hay que reconocer también que no estábamos preparados para teleducación y probablemente no vamos a estar en mucho tiempo».
«Los niños se pueden enfermar igual que los adultos, contraer el virus, igual que los adultos, pueden contagiarlo igual que los adultos, pero la inmensa mayoría de los niños que contraigan el virus, van a tener enfermedad muy leve o no van a tener ningún síntoma», explicó.
Cuarentenas
Mañalich también afirmó que: «Estoy convencido de que las cuarentenas prolongadas en lugares vulnerables, vale decir donde hay hacinamiento, donde la familia vive de lo que alguien, miembro de la familia, aporta todos los días, porque va a mendigar, vender cosas al por menor, o lo que fuere, la cuarentena es imposible. Es una utopía completa. Al final la disyuntiva es: o me muero de hambre, como está pasando en muchas partes del mundo, o me arriesgo a enfermarme».
«Las medidas que puede tomar un gobierno en medio de un pánico producido o aumentado incluso por una enfermedad son realmente inverosímiles. Piensen ustedes: octubre 18 y hoy día, estamos contoque de queda. Estamos en la segunda renovación de un Estado de Excepción, idéntico al Estado de Sitio. Sin pronunciamiento del Parlamento sobre el tema, con acuerdo ciudadano, con posibilidad que te pidan documentos, tomen preso, pasen multas», sentenció.
«Nosotros hoy día en Chile estamos viviendo en una dictadura sanitaria. En otros países se está usando con fines políticos: Venezuela, Cuba, China, Bielorrusia, Rusia. Lugares donde la limitación de libertades son tomadas por gobiernos para el control político. Le tengo pánico a que estas medidas que son completamente raras, nadie pensaría hace un año que hubiésemos estado en eso. Sin embargo, estamos en esto. Una vez que las medidas se instalan es muy difícil quitarlas», concluyó.