Este domingo, Uruguay celebra sus elecciones departamentales y municipales, convirtiéndose en el primer país sudamericano en votar en medio de la pandemia de covid-19, para lo cual se tomó una serie de precauciones.
Alrededor de 2,6 millones de uruguayos están convocados a elegir los intendentes de los 19 departamentos del país, además de alcaldes, concejales e integrantes de las 19 juntas legislativas locales.
Pero, una vez más, los focos estarán puestos sobre la capital Montevideo, donde vive más de un tercio de la población (1,3 de los 3,4 millones de habitantes) y donde todo apunta a que el izquierdista Frente Amplio (FA) será reelecto una vez más, como sucede ininterrumpidamente desde 1989.
La ingeniera Carolina Cosse lidera las encuestas de intención de voto dentro del FA, seguida por el médico Álvaro Villar y el ingeniero y ex candidato presidencial Daniel Martínez, quien busca volver al municipio capitalino.
Los tres se enfrentan a la economista Laura Raffo, única nominada de la coalición de Gobierno, quien los supera de forma individual, pero no alcanza los guarismos de los tres frenteamplistas sumados. Y en las elecciones departamentales uruguayas, gana el candidato más votado del partido más votado, por lo que la victoria de una candidatura de izquierda es prácticamente inevitable.
De las otras cinco intendencias que tiene el FA, retendrá con total certeza Canelones, el segundo departamento más poblado del país, y cuenta con altas posibilidades de mantener también los gobiernos de Salto y Rocha.
Está más cerrada la definición en Río Negro y Paysandú. En los 13 departamentos restantes ganarían fuerzas de la coalición de gobierno, liderada por el Partido Nacional del Presidente de centroderecha Luis Lacalle Pou, quien con su asunción el 1 de marzo cortó con 15 años de administraciones frenteamplistas.
Precauciones de pandemia
La elección que tendrá lugar este domingo estaba originalmente pautada para el 10 de mayo, pero la pandemia de covid-19 determinó su postergación.
Ya con los números de contagios bajo «relativo control» en Uruguay, las autoridades electorales presentaron un protocolo sanitario que exige el uso de mascarillas y respetar el distanciamiento físico en los centros de votación.
Aplicarse alcohol en gel antes de tomar el sobre, que no podrá cerrase con saliva, es otro de los requerimientos. Además los funcionarios que trabajarán en las mesas no podrán tocar las credenciales cívicas ni los sobres de votación.
En tanto, los votantes que lleguen desde el exterior deberán presentar un resultado negativo de covid-19 para su ingreso al país y realizar cuarentena, declarando teléfono y domicilio, el cual únicamente podrá abandonar para sufragar.
La persona no podrá recibir visitas y deberá evitar todo contacto social. Si permanece en el país más de cuatro días, al quinto tendrá que realizarse un segundo test, siempre a su costo.
Se estima que podrían llegar entre 8.000 y 10.000 habilitados para votar desde Brasil, lo que ha despertado alarmas en particular en el departamento fronterizo de Rivera, que actualmente combate varios focos de contagio.
Serán unas elecciones que, dado el contexto de la pandemia, serán observadas con detención por otros países de la región que en unas semanas más tendrán sus comicios, como es el caso de la votación presidencial en Bolivia, el 18 de octubre, y el Plebiscito constitucional en Chile, el 25 de octubre.
Fuente: Emol