El director ejecutivo de la Fundación Paz Ciudadana, Daniel Johnson, señaló este miércoles en diálogo con Cooperativa que no hay evidencia que demuestre que implementar la pena de muerte en Chile pueda bajar la tasa de homicidios o delitos graves que se cometen, pero llamó tener una prevención y persecución más efectiva en estos casos.
«Cuando se derogó la pena de muerte en Chile, no hubo un aumento en la cantidad de crímenes violentos y al revés, tampoco hay ninguna evidencia que demuestre que los países que han mantenido la pena de muerte tengan menor tasa de delitos muy violentos como los que vemos en Chile», afirmó Johnson al Diario de Cooperativa.
En la misma línea, indicó que en el país la mayoría de los homicidios registrados se deben a «delitos pasionales (sic)», por lo que «no vamos a lograr disminuir tampoco esa tasa de homicidios con aumento de penas».
«Evidentemente el sistema penal tiene que estar legitimado y creo que ese es el camino que tenemos que empezar a recorrer, con una prevención más efectiva y con una persecución más efectiva lo que vamos a lograr es que el sistema de seguridad y justicia en Chile esté más legitimado por parte de la ciudadanía», afirmó el director de Paz Ciudadana.
Además, indicó que la petición de pena de muerte muchas veces se condice con «una sensación de impunidad que tienen la gente» y descrédito del sistema.
«Es real la sensación de inseguridad»
Por otra parte, Johnson señaló que la «sensación de inseguridad» en la población es real, dado que los homicidios aumentaron el año pasado y otros delitos graves tuvieron una pequeña disminución, a pesar del confinamiento por la pandemia del Covid-19.
«Los delitos más violentos como robos con violencia y los robos con intimidación, disminuyeron, pero en mucha menos cantidad que los otros delitos. Los homicidios, que lógicamente son el delito más grave que puede ocurrir, aumentó de una manera súper importante», puntualizó a Cooperativa.
El experto detalló que el promedio anual de este delito era de 550 hasta el año pasado, que aumentó sobre los 700, por lo que -indicó- «es real la sensación de inseguridad y tenemos muchos factores que están influyendo».
Fuente: Cooperativa