Inmunidad de rebaño. Ese es uno de los términos que más se ha escuchado en esta pandemia. ¿De qué se trata? Se refiere a la cantidad de personas que ha desarrollado anticuerpos frente a una enfermedad y se encuentran protegidos frente a la posibilidad de contagio: a mayor cantidad de personas que sean inmunes, es más difícil que el virus se propague porque su circulación es menor.
Existen dos maneras de lograr esa inmunidad: padecer y recuperarse de la enfermedad y la más segura, la vacunación.
Por el nivel de contagiosidad de este virus, los expertos han cifrado este umbral de protección en el 70%. Es decir, cuando el 70% de una determinada población esté vacunada, se considera óptimo para que comience a ser efectiva esta “inmunidad de rebaño”.
En en el caso del virus de sarampión, su R0 (número de casos nuevos que pueden presentarse a partir de un caso durante un tiempo determinado) está cifrado entre 12 y 18, por lo que la inmunidad de rebaño se fijó en un rango de 92 a 95%; para el virus de la influenza (con un R0 de 1,5-1,8), el ideal de vacunación se fijó entre el 33 y 44%. Para el Sars-CoV-2, el R0 es de 2 a 5 y el objetivo de inmunidad se cifró entre el 50 y el 80%.
¿Cuándo Chile conseguirá esta inmunidad de rebaño? La plataforma Time to Herd creada por Peter Griggs, investigador en ciencias y co-fundador de otra plataforma que reúne investigaciones relacionadas con inteligencia artificial, cruzó datos de población total de algunos países, porcentaje de vacunación y la cantidad de vacunaciones que realizan a diario y logró tener una estimación en días de lo que demorarán en llegar al 70% de protección de la población.
Para Chile los números son más que positivos. En solo 103 días, nuestro país logrará inocular al 70% de la población y se convertirá en el segundo país después de Israel (40 días) en conseguir esta meta. ¿Cómo se obtiene esa cantidad de días? En términos simples, al 70% de la población de cada país, le resta la cantidad de vacunas administradas y se divide por el promedio de dosis diarias de vacunas inoculadas.
En la lista siguen Estados Unidos (169 días), Emiratos Árabes Unidos (194) y Reino Unido con 201. En toda América, Chile es el primero.
Los especialistas coinciden en que las actuales cifras de vacunación que mantiene Chile son más que positivas. Sin embargo, advierten que no hay que olvidar que las cifras que muestran plataformas como estas son una foto del momento y que los números pueden variar de un momento a otro, pudiendo ser afectados por algún bloqueo de envío de dosis, problemas de producción y las dificultades que supone mantener el actual ritmo de vacunación.
María Paz Bertoglia, académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, señala que esta plataforma que nos sitúa en segundo lugar, se construye a partir de los datos de cada país, y en esa lógica, destaca el rol del Gobierno y del sistema de salud.
“Hemos visto que los ritmos han estado disminuyendo en los países que han tenido problemas con el acceso a dosis. No podemos cantar victoria aún. Lo que muestra Time to Herd es una proyección de acuerdo a los datos del momento y siempre que se mantenga el actual ritmo de vacunación. La plataforma sirve para seguir el avance de los países pero hay que entender que la inmunidad de rebaño es un fenómeno global”, dice.
No sire que un solo país tenga inmunidad porque el virus no conoce fronteras ni limites geográficos, insiste. “El esfuerzo, debe estar destinada a que la mayor cantidad de población esté protegida. Al virus no le importa el pasaporte de una persona, se desplazan, viajan con nosotros”, indica Bertoglia.
Otro aspecto que destaca la también presidenta Sociedad Chilena de Epidemiología, es la capacidad de contagio en las personas vacunadas. Si tienen o no la capacidad de contagiar, es un aspecto que aún no se conoce de las vacunas. “Es importante alcanzar el umbral de rebaño, pero no solo en Chile, en el mundo y eso no se alcanzará este año. Se necesita un esfuerzo colaborativo”, dice.
Un aspecto que puede explicar las buenas cifras nacionales, es la estrategia adoptada por las autoridades. Christian García, académico y médico doctorado en Salud Pública de la U. de Santiago, explica que la estrategia de negociar y conseguir las vacunas con distintas empresas farmacéuticas para tener la disponibilidad es parte de los números positivos que hoy tiene el país.
A eso se agrega la estructura y maquinaria que ya existía en el país y que permiten que esas vacunas estén llegando a la población y eso se debe a la experiencia en vacunación del sistema público de salud.
García destaca la experiencia del Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI), la que permite que no existan problemas logístico y que se avance a gran velocidad en la inoculación de las personas. “Es bueno avanzar rápido porque se viene el invierno”, recalca.
Para saber si realmente estaremos protegidos con el 70% de la vacunación protegida, falta más que esos tres meses y medio, dice el académico Usach. “Hay que ser conservadores respecto de estos grandes éxitos. Son buenos avances, de eso no hay duda, pero todavía estamos en la ventana de tiempo en la que se está contagiando, enfermando y muriendo muchas personas, porque la cantidad de personas inmunizadas no alcanza para bajar estas cifras”.
Mantener el actual ritmo de vacunación será clave para conseguir el 70% de la población vacunada en los próximos tres meses y medio.
Los números que tenemos ahora es como si evaluáramos la asistencia de un niño al colegio: “Que vaya todos los días no significa que el estudiante aprenda”, dice Mario Calvo, médico infectólogo, académico, director del Instituto de Medicina de la U. Austral de Chile. Falta demostrar que están disminuyendo los casos y las hospitalizaciones y eso se lograría en un tiempo más.
Además, dice el infectólogo, “el 10% de las personas que vacunamos primero, son personas que saben que tienen más riesgo de contagio y de cuadros graves de la enfermedad. El último 20% de la población que se vacuna, serán los más jóvenes, personas que en teoría no tienen tanto riesgo, que trabajan y que estudian y que podría ser una molestia la vacunación por el tiempo que tendrán que invertir”.
De hecho, dice Calvo, esta ha sido una de las discusiones que se ha dado entre los expertos internacionales: “Cómo hacer que se mantenga la motivación de las personas para que se sigan vacunando”. En otros países se está discutiendo que las personas vacunadas puedan ingresar a ciertos lugares sin mascarilla, como una manera de incentivar la inoculación.
Fuente: La Tercera