Una bomba que detonó a la entrada de una mezquita en la capital afgana este domingo dejando varios civiles muertos, dijo un portavoz de los talibanes a varias agencias internacionales.
La bomba tuvo como objetivo la mezquita Eidgah en Kabul, donde se llevaba a cabo un servicio conmemorativo para la madre del portavoz talibán Zabihullah Mujahid, quien más tarde tuiteó que el ataque había causado la muerte de civiles.
Emergency NGO, un hospital financiado por Italia en Kabul, tuiteó que había recibido a cuatro personas heridas en la explosión.
El área alrededor de la mezquita fue acordonada por los talibanes que mantenían una fuerte presencia de seguridad.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad del ataque. Sin embargo, desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán a mediados de agosto, los ataques del grupo Estado Islámico contra ellos han aumentado. Esto ha planteado la posibilidad de un conflicto más amplio entre los dos grupos extremistas.
El Estado Islámico mantiene una fuerte presencia en la provincia oriental de Nangarhar y considera a los talibanes un enemigo. Se ha adjudicado varios ataques contra ellos, incluidos varios asesinatos en la capital provincial de Jalalabad.
Los ataques en Kabul han sido inusuales hasta ahora, pero en las últimas semanas el Estado Islámico ha mostrado señales de que está expandiendo su presencia más allá del este y más cerca de la capital. El viernes por ejemplo, combatientes talibanes asaltaron un escondite del Estado Islámico al norte de Kabul, en la provincia de Parwan. La redada se produjo después de que una bomba del grupo extremista en una carretera hiriera a cuatro combatientes talibanes en la zona.