Según el cronograma publicado el sábado 1 de enero, la Convención Constitucional elegirá este martes a una nueva Mesa Directiva.
Esto se llevará a cabo en la 47° sesión del pleno, que se realizará el 4 de enero a las 9.30 horas.
La convocatoria comenzará con una cuenta pública sobre la gestión realizada por el equipo que preside Elisa Loncón, a cargo de las vicepresidencias adjuntas. Posteriormente, el vicepresidente, Jaime Bassa, y la presidenta del organismo redactor, tendrán espacio para dar un discurso para con ocasión al término de su período en el mandato.
Después de eso, se llevarán a cabo las elecciones para sus dos cargos que quedarán vacantes, para lo cual cada convencional será llamado a sufragar por orden alfabético. Para finalizar, se realizará un saludo a las autoridades que resulten electas.
Aprendizajes y críticas
A modo de balance y a horas de dejar su cargo, Jaime Bassa señaló en Estado Nacional que se va “con muchos aprendizajes” después de seis meses de trabajo “muy intenso”, y valoró en especial algunas habilidades que se le permitió desarrollar en la arena estrictamente política, más que en el ámbito universitario o de academia donde se desempeñaba antes de entrar a la Convención Constitucional.
Consultado por lo mejor y lo peor que había vivido en su experiencia como vicepresidente del órgano redactor, dijo que “más que blanco o negro (…) creo que hicimos un trabajo muy interesante, significativo, en nuestros seis meses, sobre todo las primeras semanas donde no teníamos márgenes donde movernos, no teníamos reglas. Fuimos construyendo sobre la marcha, y creo que hay un aprendizaje colectivo muy potente, que sirve principalmente para alimentar este cambio de ciclo político que está viviendo el país”.
Sobre la relación que tuvo la Mesa Directiva con el gobierno, dijo que fue “muy trabajada, difícil”, pero que “fue mejorando con el andar de los meses” y que “los cambios en la secretaría ejecutiva (designación de Matías Cox en reemplazo de Catalina Parot) ayudaron”.
También, el abogado abordó algunas de las críticas que llevaron a cabo algunos convencionales contra la dirección de la Convención, tales como Marcela Cubillos, quien acusó que la presidenta Loncón “no tuvo -desde el día uno- la intención siquiera de representar a los 155 convencionales”.
“No puedo hablar por la presidenta (…) pero seis meses después de haber iniciado nuestro trabajo, hoy día la Convención Constituyente tiene una inercia institucional que permite que todos y todas los constituyentes podamos hacer nuestro trabajo. Distinto es que ciertos sectores minoritarios vean con cierta frustración su condición de minoría y les cueste probablemente ajustar esa situación minoritaria, porque claro, llevan 40 años gobernando con su propia constitución”, respondió Bassa.
Dificultades y plazos
Durante la semana, la presidenta Elisa Loncón también analizó lo que fue su período al mando, y realizó un cuestionamiento directo al rol que cumplió el ejecutivo en la implementación la Convención.
Según dijo en Radio Universo, en la Mesa Directiva “hicimos lo que antes no existía en Chile: crear un órgano de Convención Constitucional con la representación y participación de todos los sectores”.
“Hemos tenido situaciones complejas, difíciles. Una de las grandes dificultades fue no haber tenido el apoyo directo respecto de lo que implicaba avanzar con el trabajo convencional, del gobierno. Dos veces el gobierno cambió al encargado que tenía para coordinar las políticas de la administración con la Convención y eso se sintió, eso nos costó mucho. Pero bueno, pudimos sobrellevar esas dificultades”, señaló sobre los problemas de instalación que tuvo en principio el órgano.
“La Convención no fue apoyada por la Moneda”, acusó la convencional.
En la misma línea, Jaime Bassa dijo que las falencias en la instalación del trabajo constituyente daba cuenta de “la ausencia de un trabajo preparatorio para la instalación de la Convención Constitucional”, además de un “error en la lectura política de lo que ellos entendían por prescindencia”.
“Trataron de dejar que la constituyente marchara sola, pero dejaron tan sola que no pudo marchar. Hubo un trabajo muy potente que tuvimos que hacer -principalmente la presidenta y yo durante las primeras semanas, luego con la mesa ampliada a partir del mes de agosto- para generar las condiciones institucionales, organizacionales y procedimentales que permitieran que la Convención como institución funcionara”, explicó.
Loncón, consultada sobre los plazos establecidos por Ley que tiene la institución redactora para entregar una propuesta de nieva Carta Magna, indicó que “tenemos un cronograma ordenado, con tiempo, con discusiones, con metas. Lo tenemos completamente ordenado y nosotros hemos trabajado así. Nos hemos puesto metas y vamos detrás de eso. Y en ese tiempo de un año -nos quedan 6 meses- el 4 de julio del 2022 nosotros vamos a tener la nueva Constitución”.
Fuente: La Tercera