Cautelosa y mesurada, Jeannette Jara Román elige cuidadosamente cada palabra a la hora de entrar en los temas más complejos que le tocará abordar a partir de marzo. La militante del Partido Comunista y futura ministra del Trabajo del gobierno de Gabriel Boric, tendrá un rol clave en la agenda laboral y en la reforma de pensiones, el cambio estructural más emblemático del programa de Apruebo Dignidad.
En lo que es su primera entrevista como integrante del gabinete del presidente electo, Jara asegura que sus prioridades para este año serán recuperar el empleo perdido en la pandemia, avanzar en un proyecto para reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, e iniciar el proceso de reforma de pensiones.
“La política no es estática, todas y todos también cambiamos”, reconoce la abogada y exsubsecretaria de Previsión Social de la segunda administración de Michelle Bachelet, nacida en la comuna de Conchalí, al ser consultada por la incorporación de ministros símbolos de los últimos 30 años -los que su coalición tanto ha criticado- en el gabinete.
¿Qué le pareció el gabinete que estructuró Boric y el equilibrio político logrado en él?
-Es una excelente señal que muestra la diversidad del país, expresada en un gabinete que incluye a muchas mujeres, a personas comprometidas con un programa transformador y dispuestas a dar cumplimiento al plan que se le ha propuesto a Chile. Tiene un equilibrio político que tiene sentido de realidad, toda vez que debemos buscar acuerdos que sean necesarios para poder viabilizar nuestras reformas.
¿Cómo se explica que en el nuevo gabinete haya ministros que fueron parte de los 30 últimos años tan criticados por Apruebo Dignidad? ¿Fueron $ 30 y no 30 años, entonces?
-Todos quienes abrazan el programa de Apruebo Dignidad son bienvenidos a este espacio. Estoy convencida de que quienes estamos en este equipo de trabajo tenemos una tarea clara que cumplir. En los últimos 30 años en Chile llegamos a un punto en el cual se produjo una crisis del neoliberalismo y el programa recoge precisamente lo que esa crisis ha expresado; se hace cargo de los cambios que el Chile moderno necesita. Quienes estén en esa misma tarea son todos bienvenidos.
¿Pero no es contradictorio incorporar gente que estuvo en esas crisis, como usted le llama?
-La política no es estática, todas y todos también cambiamos y nos integramos con nuevas formas de pensamiento y con nuevas exigencias y demandas que se van haciendo presente en la realidad social en Chile.
Es decir, ¿usted está de acuerdo con ampliar Apruebo Dignidad hacia la ex Nueva Mayoría?
-Hoy es necesario, por un sentido de realidad que viabilice en el Congreso las reformas que tenemos comprometidas.
¿Cuál es su misión como futura ministra del Trabajo? ¿Cumplir de manera estricta y a rajatabla el programa de gobierno, o hacerlo en la medida de lo posible?
-Vengo a colaborar con el Presidente Boric con la idea central de poder construir en Chile una sociedad en que los derechos sociales estén al centro y que la dignidad de las personas se logre alcanzar. Esa es mi tarea y para eso voy a poner no solo mi empeño, sino que también toda la voluntad y el diálogo necesario para lograr consolidarla.
¿Cuáles son los proyectos que va a priorizar en su primer año como ministra?
-En primer lugar, la generación de empleo. Tenemos claro que la crisis económica y social que vivió Chile, producto de la pandemia, ha generado empleo informal y también desocupación, especialmente en mujeres. Vamos a poner un foco muy especial en generación de empleo, en particular, orientado hacia las mujeres.
En segundo lugar, la movilización social dejó clara la prioridad que tiene el tema previsional. Vamos a trabajar a través de un proceso de diálogo social para poder generar el mejor proyecto de ley, que busque la voluntad y los acuerdos que sean necesarios para reformar el sistema de pensiones y crear un verdadero sistema de seguridad social.
En tercer lugar, hemos comprometido una jornada laboral de 40 horas que sea consistente con el buen vivir, que es el eje central de nuestro programa de gobierno, y haremos todas las gestiones que sean necesarias para poder avanzar legislativamente en este proyecto, sobre todo considerando que muchas empresas ya tienen jornada de 40 horas y es, además, lo que se está mirando hacia los países de la OCDE.
¿Es necesario tener una reforma tributaria lista para iniciar un proyecto de reforma a las pensiones?
-Sin lugar a dudas. Para muchas iniciativas legislativas se va a requerir la reforma tributaria efectivamente. Todas aquellas que involucren gasto fiscal. En materia de pensiones esto también va a ser así. El proceso de la reforma de pensiones partirá convocando a un diálogo social que va a incluir no solo al mundo parlamentario, sino que también a organizaciones sociales, sindicales y empresariales. Además, la reforma de pensiones se llevará adelante con la gradualidad necesaria.
La sensación que existe en Chile, y así lo han ratificado las encuestas, es que las personas prefieren que su ahorro para pensiones esté en una cuenta individual antes que en un fondo común. ¿Su misión es eliminar las AFP del sistema previsional o el objetivo es acabar con la capitalización individual?
-Quiero ser muy clara con esto. Los fondos previsionales de los trabajadores van a permanecer de la misma forma. Los fondos que ya están ahorrados no se van a tocar.
Mi misión como ministra del Trabajo va a ser contribuir al gobierno, generando las bases para que podamos instalar un sistema de seguridad social en Chile, donde la esencia es tener un sistema de pensiones como un derecho humano, para que desde lo colectivo se asuman los riesgos del envejecimiento. Hoy se asume el riesgo individualmente.
¿Qué tan intransable es para usted eliminar la capitalización individual en las nuevas cotizaciones?
-No estamos cerrados a ningún diálogo, pero tenemos la convicción de que seguir haciendo más de lo mismo no va a mejorar el sistema previsional, ni tampoco las pensiones. Por eso le hemos propuesto al país una reforma basada en la seguridad social, como es en los sistemas modernos del mundo y que esperamos que en Chile también sea así.
¿Insistirán en eliminar las AFP para las nuevas cotizaciones?
-Las nuevas cotizaciones van a ir a una institución pública. Es así como lo hemos diseñado en el programa de gobierno. Lo que para nosotros es intransable es que nuestro sistema de pensiones sea un verdadero sistema de seguridad social.
¿Pero están dispuestos a conversar y negociar con los distintos sectores políticos para que esa reforma salga adelante, pese a que no se cumpla todo al pie de la letra?
-Tenemos un compromiso, que es nuestro programa de gobierno. Los tiempos, los procesos, los momentos y los énfasis son parte de diálogos que vamos a mantener. Tengo toda la disposición para conversar, sobre todo con el mundo social, que muchas veces ha estado fuera de la discusión más institucional y que hoy es uno de los activos más importantes.
¿Está descartado que la administración de los nuevos recursos de los afiliados la hagan entes privados?
-No está descartado. De hecho, en el pilar voluntario las personas van a poder depositar sus contribuciones previsionales voluntarias en la entidad que les parezca pertinente. En el pilar contributivo, lo que hemos diseñado hasta ahora contempla una institucionalidad pública, autónoma, técnica, que hoy día es la que estaría absorbiendo tanto el pilar solidario o no contributivo, como el contributivo.
¿Cuándo se van a alcanzar los $ 250.000 para la pensión mínima que prometió el nuevo gobierno? ¿Puede haber alguna gradualidad según la salud de las finanzas públicas?
-Tiene que haber una combinación entre el cumplimiento de nuestro compromiso con la ciudadanía, que es tener una pensión universal de $ 250 mil, con la realidad económica. Y ese es un diálogo que en conjunto con Hacienda y Economía vamos a llevar adelante, a efecto de poder ver cuáles van a ser esos tiempos.
En el gobierno de la expresidenta Bachelet fue el titular de Hacienda Rodrigo Valdés quien impulsó la reforma previsional. En el caso de ustedes, ¿quién liderará el proyecto de pensiones: Hacienda o Trabajo?
-Somos un equipo de trabajo y no me cabe duda que mientras estemos contando con la confianza del Presidente Boric, trabajaremos en conjunto todas las reformas que nos desafíen.
¿Existe la posibilidad de que se licite a privados la inversión de los fondos que recibirá el ente público?
-Todos esos detalles se van a definir precisamente en el diálogo social.
Es decir, podría haber actores privados gestionando fondos, si se decide en el diálogo social…
-Todavía no se hace ese diálogo, así que no sabemos las conclusiones. Pero, hipotéticamente, podrían.
¿Van a esperar a que esté lista la nueva Constitución y sus directrices para cerrar la reforma de pensiones?
-Lo vamos a evaluar, pero es evidente que el hito constitucional es muy relevante, sobre todo en materia de derechos sociales. Vamos a llevar adelante el proceso de diálogo social, donde se va a tomar un tiempo acotado, pero en paralelo se va a continuar con la discusión del proceso constituyente.
Es decir, ¿la nueva Constitución debiera estar lista y luego cerrar el tema de la reforma de pensiones?
-Sería bueno, considerando que nuestra nueva Constitución va a estar basada en un Estado de derecho social. Por tanto, sería un buen paraguas para la reforma previsional. Lo que no nos puede pasar es que esto se eternice, porque es urgente mejorar las pensiones.
De todas formas, no sabemos si vamos a tener un proyecto de ley de pensiones antes o después que el proceso constitucional se cierre, pero entre la reforma al sistema de pensiones, alineada con la seguridad social, y una nueva Constitución que avance en un Estado social y democrático de derechos, tiene que haber una sintonía. El diálogo social para la reforma de pensiones va a ser convocado inmediatamente una vez que asumamos. No tenemos un plazo fijo para el término de ese diálogo.
Tanto el presidente electo como el futuro ministro Marcel han asegurado que no están disponibles para nuevos retiros desde los fondos de pensiones. Sin embargo, el propio PC y Daniel Jadue han pedido no cerrar el tema. ¿Cuál es su postura?
-Mi postura es que la crisis no la pueden seguir soportando las y los trabajadores y que llegamos a esta situación porque desde la política pública, en el momento que era indispeable apoyar a las familias, no se generaron las ayudas. Estamos trabajando para no llegar a esa misma situación. Esa es mi postura, la postura del gobierno.
Entonces, ¿usted está de acuerdo con el presidente electo y no con el alcalde Jadue de su partido?
-Formo parte del gabinete de Gabriel Boric, estoy aquí en cuanto voy a ser futura ministra del Trabajo y estoy de acuerdo con el Presidente. Además, quiero decir algo: si uno ve lo que señalan distintas personas, muchas de ellas han manifestado que los retiros no eran la solución óptima, y se llegó a eso porque el gobierno del Presidente Piñera no se puso cuando se necesitó más la ayuda social para las familias. Yo misma estuve en desacuerdo con que se usaran los fondos previsionales para los retiros. Sin embargo, entendí y apoyé la idea porque vi la necesidad real que tenían las personas. Muchas veces la política pública se construye desde espacios en los cuales uno mira fuentes de información que solo atienden una realidad más parcial.
¿Pero no está de acuerdo con un nuevo retiro del 10% en este momento…?
-Creo que la principal tarea es reformar el sistema previsional, y para no deteriorar más el monto de las pensiones, tenemos que buscar las ayudas sociales que las familias requieran hoy día, cuando todavía estamos en una pandemia y en una crisis importante que ha tenido consecuencias en la vida de las personas.
Proponen un salario mínimo de $ 500.000 hacia el final del gobierno. ¿Eso va a estar condicionado al ciclo económico y a la salud de las finanzas públicas?
-Lo que se busca es llegar a los $ 500 mil al final del gobierno, y tiene una trayectoria en la cual esperamos que esta alza se vaya implementando escalonadamente.
¿Qué gradualidad va a tener?
-Tenemos que verlo, pero vamos a partir con $ 400 mil.
¿Cómo influye en ese tema el desempeño de la economía y las cifras fiscales?
-Evidentemente influyen. Y, por cierto, por eso tenemos que estar revisando responsablemente cada uno de los elementos que debemos tener a la vista para esta alza escalonada, en su implementación.
¿Qué tan prioritario es el proyecto de 40 horas, teniendo en cuenta el alto desempleo y el bajo crecimiento de la economía en los próximos años?
-El buen vivir es el eje central de nuestro gobierno, y muchas empresas tienen jornadas de 40 horas. Es algo que vamos a llevar adelante.
La generación de empleo, la reforma de pensiones y las 40 horas son parte de nuestras medidas prioritarias de gobierno.
¿Y cómo esperan disminuir el desempleo si al mismo tiempo están bajando la jornada laboral y aumentando el salario mínimo?
-Tenemos que buscar la combinación que nos permita cumplir nuestros compromisos con la responsabilidad y la sostenibilidad que el estado del país vaya presentando.
A juicio de un sector amplio de economistas, es contraproducente querer crear empleos, y a la vez bajar las horas laborales y aumentar el sueldo mínimo.
-Pero muchas veces se dijeron cosas que iban a hacer que la economía poco menos que reventara, o que el empleo cayera. Sin embargo, si no se hubiese legislado en ese minuto, hoy día no contaríamos con herramientas tan importantes como el seguro de cesantía.
¿Van a avanzar en la negociación ramal?
-El programa de gobierno compromete una negociación multinivel y es importante poder generar mecanismos que nos lleven a una relación laboral moderna, donde se equilibren las asimetrías que persisten en el mundo del trabajo y que generan mucha desigualdad social después. La negociación multinivel es una de las tareas que vamos a desarrollar durante nuestro mandato.
¿Qué detalles tiene de la negociación multinivel que proponen?
-Se compone de tres niveles. Negociación colectiva empresa, interempresa y ramal. Lo que se busca en la ramal es crearla, y en la interempresa y en la empresa, mejorar algunos mecanismos. Pero eso todo está en desarrollo, es un debate que está en desarrollo. Es un tema que vamos a abordar en conjunto con los desafíos que tenemos por delante.
¿Conoce usted a Mario Marcel?
-Sí, lo conozco.
A diferencia del presidente de su partido…
-… (silencio)
¿Usted pretende ser el contrapeso político de Marcel en el gabinete, o más bien una aliada?
-Yo pretendo que seamos un equipo, el equipo que cumple lo comprometido con el país.
¿Usted reconoce en Marcel al jefe del equipo económico?
-Hacienda siempre juega un rol prioritario en materia económica, así como también la cartera que me tocará encabezar, en materia de derechos laborales y de seguridad social, donde la previsión es clave.
¿No teme que se repitan las disputas entre el exministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, y su par de Hacienda, Andrés Velasco, en el primer gobierno de Michelle Bachelet?
-Por el contrario. Hoy estamos en un momento en el cual se ha generado un cambio histórico, y en el que no sólo Mario Marcel y yo estamos llamados a cumplir, sino que todo el gabinete, todos los ministros, ministras. No creo que se reproduzcan mecánicamente escenarios, porque son contextos distintos.
“Todos sabemos que Marcel es un fiel defensor del credo neoliberal”, dijo el alcalde PC Daniel Jadue ante su nombramiento. ¿Usted piensa lo mismo?
-Todos quienes estamos en el gabinete estamos en un programa que no es neoliberal, y eso es lo que me motiva.
Pero, a su juicio, ¿Marcel es un neoliberal?
-Tengo toda la voluntad para que nos llevemos bien, y conversemos y viabilicemos las reformas. Además, he leído todos sus tuits y declaraciones, donde él ha manifestado textualmente que su rol aquí va a ser ‘asegurar que existan los recursos para que se puedan cumplir los compromisos con la ciudadanía, buscar acuerdos que hagan viable la reforma’. Me parece que ese es el espíritu que nos mueve a ambos, hacer que las reformas se hagan viables.
Si el programa de gobierno no es neoliberal, ¿es socialdemócrata?
-Es un programa que cambia el carácter al Estado de derechos sociales, y eso es importante.
¿Qué opinión tiene del empresariado chileno?
-Son muy importantes para el desarrollo del país, para la generación del empleo y para las condiciones en las que ese empleo y ese trabajo se desarrollan. Algunos empresarios en la última década han tenido prácticas que no le hacen bien a las propias empresas, como por ejemplo, las prácticas colusivas, y creo que es importante terminar con aquellas. No me cabe duda que tanto las pymes como las grandes empresas abogan porque al país le vaya bien. Y esa también es nuestra tarea, que a todas y a todos nos vaya bien. Así que espero que nos encontremos en ese camino.
¿Tiene relación cercana con algún empresario?
-Sigo manteniendo algunos vínculos que, por cierto, se han ido reactivando estos días y que se van a poner en marcha rápidamente. Porque no me cabe duda que en las reformas que nosotros llevemos adelante, también la opinión tanto de empleadores como de trabajadoras y trabajadores es esencial. En el fondo, el mundo empresarial y social de trabajadores va a estar en proceso de diálogo permanente con nosotros. Tenemos toda la voluntad y, además, creo que como país tenemos la necesidad, no solo la voluntad, de hacernos cargo de una ciudadanía que demanda más participación, más incidencia y que ha sido la que ha empujado los cambios.
Fuente: La Tercera