Recién este martes el gobierno ingresó al Congreso un proyecto alternativo al quinto retiro, más acotado, donde podrán acceder al giro personas que cumplan algunas de las siguientes seis condiciones: que tengan deudas en salud, servicios básicos, deudas financieras bancarias y no bancarias, deudas por pensiones alimenticias, deudas hipotecarias de hasta UF 4.000 contraídas hasta el 31 de marzo de 2022 para la adquisición de la primera vivienda, o para aumentar los ahorros para postular a subsidios a la adquisición de la primera vivienda.
Y la tramitación comenzó de manera bastante expedita, ya que ingresó con discusión inmediata, por lo que durante este mismo martes los diputados de la Comisión de Trabajo aprobaron en general la iniciativa por 11 votos a favor y 2 en contra. Ahora deberá ser votada en particular antes de que pase a la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
En todo caso, la sesión estuvo llena de críticas y reparos que hicieron los diputados al proyecto que ingresó el gobierno. Entre otras cosas, se le consultó al ministro de Hacienda, Mario Marcel, por datos más detallados sobre beneficiarios que accederían a este giro que proponen.
Ahí el ministro Marcel señaló que según sus estimaciones, en deudas financieras son alrededor de 3 millones de personas las que podrían acceder. En el caso de deudas de servicios básicos, dijo que son “probablemente alrededor de 1 millón de personas”. Por deudores de pensiones alimenticias, son unas 70 mil familias. Y sobre el aumento de ahorro para la vivienda, dijo que “es más difícil de dimensionar, porque depende de un flujo”.
Pero tomando las cifras anteriores, y al cruzarlas con los saldos de las cuentas de ahorro individual, Marcel detalló que esto podría significar un uso de este conjunto de mecanismos por alrededor de US$3.000 millones, lo que es “la quinta parte de un retiro tal como lo hemos conocido hasta ahora”.
Es por ello que puntualizó que “el impacto de esto sobre las tasas de interés, el tipo de cambio y otras variables que se han visto afectadas, serían considerablemente menor. Sobre todo, considerando que la persona, al hacer uso del mecanismo, está ajustando simultáneamente sus activos y sus pasivos, y por lo tanto, lo propio ocurre del lado de sus acreedores o de la contraparte con la cual está interviniendo”.
Marcel dijo que esto “no tiene efectos sobre la inflación, porque fundamentalmente no hay consumo involucrado, ni gasto involucrado, no hay presiones sobre el tipo de cambio (…) Y tampoco tiene mayores costos fiscales”.
Fuente: La Tercera