Belisario Velasco, exsubsecretario del Interior en los mandatos de los expresidentes Patricio Aylwin y Michelle Bachelet, acusó al actual Gobierno encabezado por Gabriel Boric de realizar un “intervencionismo sin precedentes” en favor de la campaña por el Apruebo en el plebiscito de salida del borrador de la nueva Constitución.
“El plebiscito va a tener graves consecuencias en la vida de Chile, por ello nos pareció esencial entregar una opinión fundada sobre lo que está en juego y recordar a los que no nos conocen que nada tenemos que ver con la derecha, cuyos privilegios hemos combatido democráticamente”, afirmó el exfuncionario de gobierno, quien junto a otros rostros vinculados a partidos de la centroizquierda, se han volcado en favor de la opción Rechazo al proyecto de borrador de la nueva Carta Magna.
“No es lo que Chile necesita, reclama y espera”, insistió Velasco, quien en entrevista con El Mercurio aseguró este domingo que el acuerdo de los partidos que van por el “es una maniobra electoral que da cuenta de que los cálculos alegres se terminaron”.
“Hay varias cosas que son realmente graves: el sistema político propuesto no garantiza el debido funcionamiento de la democracia. El Presidente de la República carecerá de la iniciativa exclusiva para los proyectos de ley relativos al gasto público y en materias previsionales; y en materia de seguridad pública, se elimina el estado de excepción constitucional que se ha probado como herramienta necesaria para resguardar a la ciudadanía en casos graves, además de las limitaciones que representan las autonomías territoriales, indígenas y especiales”, explicó el militante demócrata cristiano.
“Mantengo mi posición permanente como DC partidario de los cambios sociales y políticos con procedimientos democráticos. Nunca he aceptado que la izquierda tradicional o la nueva tenga el monopolio del progresismo. He sido, soy y seré una persona de paz, respetuosa de las distintas ideas, pero he sido, soy y seré franco para rechazar los abusos de la derecha o las políticas irresponsables de una izquierda delirante (…) la centroizquierda debe darse un tiempo para dialogar en sus bases sobre los grandes desafíos del mundo de hoy. Leer la nueva realidad ayudada por su doctrina, plenamente vigente, y, sobre todo, cambiar las conductas de trato interno y las tareas de promover soluciones reales a los problemas del país: pensiones, salud, empleo, políticas que enfrenten la violencia desatada y la inseguridad que vivimos”, finalizó.