En la columna quincenal del Gremio en el Diario El Austral de Osorno, el director ejecutivo de SAGO A.G., Christian Arntz analiza el momento actual de la economía, tras la caída en el parlamento del proyecto de Reforma Tributaria del Gobierno.
Arntz enfatiza en la necesidad de que se invierta bien el dinero que los chilenos pagan en impuestos, evitando la tentación de agrandar el tamaño del Estado, y priorizando el estimular la inversión privada.
Por Christian Arntz MacEvoy
Director Ejecutivo
Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno A.G.
En cada familia, la administración de los recursos es clave mes a mes. En buenos tiempos, hay margen para el consumo, el gasto y el ahorro. Pero cuando las vacas están flacas, se cuida cada peso, priorizando el gasto en lo urgente y necesario, y desechando lo superfluo y evitable.
Entonces, ¿por qué no pedirle al Estado hacer lo mismo?
La pregunta vale, luego del fracaso del proyecto de Reforma Tributaria que propuso el actual Gobierno, y que buscaba financiar los “cambios” prometidos en su programa, en base a mayor cobro de impuestos, lo que afectaba a los que más tienen, pero de paso, ponía contra las cuerdas a las pequeñas y medianas empresas, que son las que más empleo producen en Chile.
Y para colmo, la iniciativa del Gobierno no planteaba lo que en recesión económica es clave: estímulo a la inversión privada, y eficiencia del gasto fiscal.
En tiempos difíciles se necesita generar inversión. Y en general, las reformas tributarias van en sentido contrario. Los privados invierten más cuando se aprecian reglas claras, y se genera confianza. Y sin inversión, no hay recaudación.
Lo que entonces tendría que hacer el Gobierno es convencer y dar señales al empresariado para que se reactive la inversión. Con ello, y la actual normativa, se podría recaudar en base al crecimiento económico. Porque, si el clima político y económico es favorable, los privados van a hacer su pega, van a crecer, y van a pagar impuestos que permitirán ayudar a satisfacer las múltiples necesidades de los chilenos.
Esto toma tiempo. ¿Y que hacemos mientras tanto?. Bueno, cuando el temporal arrecia, lo recomendable para cualquier Gobierno debe ser reducir el gasto público, y alcanzar la mayor eficiencia posible. Es decir, no se debe hacer crecer el tamaño del Estado, y la cantidad de funcionarios, sino gastar mejor los recursos.
Economistas estiman que de cada 100 pesos que los chilenos pagan en impuestos, apenas 30 son gastados en beneficio de los habitantes del país. ¿Se imaginan si pudiésemos llegar a los 40 pesos? Tendríamos probablemente un mayor impacto que cualquier reforma tributaria. Por ello, recaudar más no significa necesariamente gastar mejor.
Los políticos se tientan con gastar el dinero de los chilenos en cosas y acciones de alto impacto electoral o comunicacional, y no en lo que provoque beneficio a la población. Por eso, hoy urge que las autoridades de turno den certezas al mundo privado, para que el crecimiento económico produzca utilidades sobre las cuales se recauden impuestos.
Mientras tanto, usemos nuestros mermados recursos de manera eficiente y eficaz.
Publicada en el Diario El Austral de Osorno
Edición del domingo 12 de Marzo de 2023