Claramente no habrá una totalidad de caras felices en el oficialismo, tras la confirmación del emplazamiento donde se construirá la futura cárcel de alta seguridad, anunciada la semana pasada por el Presidente Gabriel Boric.
¿Por qué no serán todas caras felices? La alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, ya había comunicado su desacuerdo con la determinación, la cual ya se oficializó tras la reunión entre un grupo de parlamentarios y el ministro de Justicia, Luis Cordero.
Asimismo, otras voces criticaron previamente el anuncio. Uno de ellos fue el exministro de Justicia, Isidro Solís, quien el pasado viernes dijo que una cárcel de alta seguridad debe edificarse fuera de los núcleos urbanos, debido a las incivilidades que esto conlleva.
Desacuerdo al que se unió el ex candidato presidencial y ex ministro de Desarrollo Social, Sebastián Sichel en Radio Agricultura, donde dijo que el Gobierno actual demoró en priorizar la seguridad y el orden público.
En el detalle, esta nueva cárcel comenzará a construirse a inicios de 2025 y debería estar terminada a fines de ese mismo año, en un terreno militar que está a un costado de la ex penitenciaría, en un barrio que ya es foco de acciones delictivas por la presencia masiva familiares de delincuentes que han generado diversas problemáticas en el sector.