Es una de las puertas de entrada a la ciudad, emplazado en pleno centro y cerca de casi todo. Sin embargo, al bajar del bus, la suciedad, el exceso de comercio ambulante, el estado de abandono del que debiera ser una extensión de la belleza sureña, hacen del Terminal de Buses de Osorno en un punto negro que, hasta ahora, nadie se hace cargo.
En el marco del último concejo municipal, quien puso en la palestra el hecho fue la recientemente asumida nueva concejal, Pabla Carrasco, quien detalló algunas problemáticas que refleja de forma evidente este rodoviario, construido en la década del 70.
Llamado de atención que fue atendido por otro concejal, Miguel Arredondo, quien también agregó otros detalles que desentonan el estado actual del inmueble.
Los usuarios también hicieron sus descargos. Dos pasajeras frecuentes, Soledad Torres y Ekaterina Plakhova, fueron enfáticas en que el estado del Terminal de Buses es nefasto para la ciudad y su entorno.
Cabe recordar que en agosto recién pasado, el municipio decidió comenzar un nuevo proceso de licitación del terminal, donde se debe definir si se mantiene en la misma ubicación, o bien, se traslada. De momento, la nueva administración que asume el 6 de diciembre, encabezada por Jaime Bertín, tendrá que dar nuevas respuestas.