La atención está ahora en torno a la compra frustrada de la casa del expresidente Allende, lo cual ha llegado a nublar otros casos que estaban en primera fila.
En realidad, este tema no resiste ningún análisis, ni de expertos, como tampoco de la gente común. Es como haber instalado un simio en una cristalería para ordenar el negocio. Nadie entiende el nivel de desprolijidad y como tampoco nadie se percató del daño de imagen que una acción de este tipo provocaría, más aún cuando paso todos los filtros, hasta la firma del decreto presidencial.
El Senador Luis Castro, entrevistado por nuestro medio asociado Radio Agricultura, señalo que fue una torpeza de principio a fin y provoco daño a la familia Allende, que no iba a concretar un “negociado”, sino era para instalar un museo.
Califica de inexplicable que nadie se percatara de la inconstitucionalidad, cosa que sabe hasta un abogado recién egresado.
Lamenta el error bochornoso que se cometió, ya que hay quienes piensan que es una especie de burla al estado.
Mientras unos lamentan y tratan de minimizar los daños colaterales, diputados republicanos buscan que sea destituida la Senadora Isabel Allende, por violar el articulo 60 de la Constitución Política del Estado, interponiendo el requerimiento ante el Tribunal Constitucional.
