Con una fuerte crítica a la iglesia católica en Chile, la jerarquía y sus acciones en relación a la solicitud que ha elevado al laicado en el país para colaborar con dinero para solventar los gastos de las actividades masivas que se realizaran en tres puntos del país, en lo que será la visita del Papa Francisco a Chile, programada para enero de 2017, la agrupación osornina de Laicos y Laicas dejó de manifiesto la inconsecuencia de la iglesia nacional.
La calificación surge luego de conocer las gestiones emprendidas por la agrupación para poder reunirse con el pontífice y conversar sobre la situación de división que se ha generado en la diócesis de Osorno con la permanencia del obispo Juan Barros, encuentro que hasta el momento ha sido imposible concretar, declaró Juan Carlos Claret, miembro de la agrupación de Laicos y Laicas de Osorno, pero cuando se trata de solicitar dinero los laicos si tienen participación e importancia.
Según información proporcionada por Claret, una vez que la Iglesia sancionó al sacerdote Fernando Karadima por abuso a menores, el Arzobispado de Santiago percibió una suma de 10 millones de dólares, así también es conocida mediante transparencia activa, la participación de la iglesia católica en Chile como accionista o inversionista en empresas de renombre, por las cuales percibe ingresos que costearían totalmente la venida del Papa.
La agrupación de Laicos y Laicas de Osorno está presta a recibir el mensaje que el Papa Francisco traerá a Chile, pero creen necesario que el Santo Padre se pronuncie igualmente sobre los problemas y situaciones puntuales que ocurre con sacerdotes y el abuso a menores en el país, y como agrupación van a posicionar esos temas, independiente de que la iglesia abra el espacio o no.
Juan Carlos Claret, miembro de Laicos y Laicas de Osorno informó que hasta el momento y pese a realizar la solicitud protocolar y jerárquica correspondiente, no existe ningún encuentro pactado entre el Papa Francisco y miembros de la agrupación, para conversar sobre la situación actual de la sureña diócesis y los dichos dirigidos particularmente a los osorninos por parte del sumo pontífice.