Revuelo internacional fue el que generó el envío de la carta del Papa Francisco a la Iglesia chilena, dando cuenta de la revisión del informe del arzobispo maltés Charles Scicluna en el marco del caso Juan Barros, donde pide perdón y admite “graves equivocaciones» a la hora de valorar los casos de abuso sexual por parte de miembros de la Iglesia Católica del país.
El alcance de este último movimiento del Sumo Pontífice, generó portadas en connotados medios como el New York Times en Estados Unidos, El País de España, y The Guardian en Inglaterra, donde muestran gran sorpresa ante las declaraciones de Francisco, cuyo impacto no fue menor al escuchar las palabras del Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Santiago Silva.
Fueron 64 testimonios recopilados por Charles Scicluna en 2 mil 300 folios de los que ahora tomaba conocimiento el Sumo Pontífice, elevando palabras que llenaron de esperanza a los Laicos de Osorno, uno de los principales actores a la luz del caso Juan Barros, quienes han pedido la salida del Obispo desde el día 1 en aquél 21 de marzo del año 2015. Estas son las impresiones de Juan Carlos Claret, vocero de la organización.
Dado lo anterior, el Papa ahora solicitó la colaboración de la Conferencia Episcopal para elaborar medidas de corto, medio y largo plazo para “reparar el escándalo -como lo señala el propio Sumo Pontífice en palabras textuales- y restablecer la justicia”.
A la cita viajarían, durante el mes de mayo, los 32 miembros de la instancia y que se encontraban presentes en la asamblea plenaria de Punta de Tralca.