Entre enero e inicios de mayo des este año ya se contabilizan 186 instalaciones de gas que han sido identificadas con el «sello rojo» por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC).
Esto significa que hay un «rechazo» de la certificación por lo que resulta prioritaria su reparación. Durante el mismo periodo, se registraron 429 viviendas con «sello amarillo», que identifica el tipo de instalación «pendiente» por considerarse medianamente riesgosas y que también requieren arreglos obligatorios.
Según explican prevencionistas de riesgos, los factores de peligros surgen en edificios de más de 50 años debido a la antigüedad de sus instalaciones y el desconocimiento de la población de la «recertificación» obligatoria cada dos años, según consigna Emol.
Fotografía de referencia.