Como ya se ha tornado una tradición, el recién pasado 31 de octubre, el hombre araña, Drácula, piratas y todos los conocidos personajes del mundo de la fantasía salieron a las calles en lo que fue una nueva celebración de Halloween o Día de Brujas.
En Osorno, fueron cientos de niños disfrazados en variados puntos de la ciudad los que llenos de alegría, tocaban timbres y puertas preguntando por dulce o travesura, siendo recibidos por los dueños de casa que respondían entregando golosinas a todos ellos.
De los más pequeños a los más grandes, en su mayoría los caracterizados niños salían en un alto porcentaje acompañados de sus padres, quienes en algunos casos se unían a la celebración igualmente maquillados, con máscaras o atuendos, valorando positivamente la ocasión en la que compartieron con sus hijos.
Se trata de una celebración de origen celta que se traspasó hacia Estados Unidos y que posteriormente ingresó a Chile en la década de los ochenta, expandiéndose con los años a gran parte de la sociedad que hoy sale a las calles con disfraces, en una jornada en la que igualmente el comercio saca cuentas alegres.