Las reacciones posterior a la divulgación de la carta que el Papa envió a los obispos, así como también, el anuncio de renuncia masiva, puso de inmediato en la palestra a los líderes de los grupos más activos en Osorno en torno al obispo Juan Barros, quienes emitieron de inmediato sus análisis de la situación.
En esta ocasión, Juan Carlos Claret (laicos) y José Manuel Rozas (fieles laicos) realizaron particulares balances respecto a lo que perciben de este caso, y además, lo que esperan suceda a futuro si es que el Pontífice se llegase a pronunciar y tomar una decisión.
Según Claret, esta renuncia »inducida» es sorpresiva, puesto que no es el Pontífice quien pide que se vayan, sino que son ellos mismos quienes reconocen alguna culpabilidad al presentarla.
De igual modo, el vocero del grupo en desacuerdo con el obispo local, señaló que finalmente se impone la verdad, lo cual no significa que ya está todo dicho. Asimismo, que añadió esperan que una vez destituído Barros, éste no pueda ser reubicado, y mucho menos, vuelva a ejercer algún cargo pastoral.
Por otro lado, José Manuel Rozas vocero de los fieles laicos, comentó que el cambio de actitud de los obispos lo considera curioso, añadiendo que además lo único que queda de estos encuentros es ambigüedad, puesto que no se sabe que sucederá con Barros.
Igualmente, Rozas hizo hincapié en el informe, el cual agregó no hay que olvidar que no sólo evidencia datos sobre Karadima, sino que por el contrario, revela información sobre distintas irregularidades de la iglesia chilena.
Cabe decir que estos dos grupos se han caracterizado por sus posturas definidas en torno a las acusaciones de encubrimiento de Juan Barros con los abusos de Karadima, colocándose constantemente en duda si debiera o no ser destituído de sus labores como obispo.