En febrero próximo ya se cumplirán tres años desde que José David Ibarra Naipil, en aquél entonces un niño de 11 años, sufriera graves lesiones tras ser golpeado por la estructura metálica de un columpio para discapacitados en el sector de Francke en Osorno, quedando hasta la fecha con daños que lo mantienen en estado vegetal.
Hoy, pese a las difíciles circunstancias que han enfrentado como familia, Pablo Muñoz, padre del menor, sonríe señalando que han comenzado el 2019 con el pie derecho, tras haber obtenido un subsidio habitacional en el sector de Rahue, seguido de la entrega de una pensión de gracia de por vida extendida por la Gobernación de Osorno. Todo en favor de mejorar la calidad de vida de José.
Ha sido una larga lucha para José y su familia, pasando por altos y bajos, donde el menor fue homenajeado en su establecimiento con motivo de la licenciatura de octavo por su fortaleza y perseverancia. A tres años de ocurrido el accidente, su padre ve hoy en las plazas de juegos una mejora en cuanto los resguardos para brindar seguridad a los niños, aunque lamenta que tenga que suceder casos como este para que se tomen cartas en el asunto.
Más allá de las circunstancias, Pablo Muñoz con emoción asegura que tener a su hijo con vida posterior a los hechos, ya es todo un milagro, estimando como clave el apoyo y el cariño de la comunidad en todo este proceso, donde cada día sólo la mirada del pequeño José basta para llenar de orgullo el corazón de su familia y entregar la fuerza necesaria para seguir adelante.
