Las conquistas de los más débiles, de los humildes, de los que son minoría, suelen transcurrir ocultas, minimizadas. Aunque, a veces, esos logros impactan con tanta fuerza, se hacen tan visibles, que resultan imposibles pasarlos por alto. Uno de esos casos es la clasificación del equipo chileno Las Ánimas para las semifinales de la Liga de las Américas 2019, algo que ningún otro equipo de su país consiguió. Contra todos los pronósticos, contra la lógica de un deporte lógico como el básquetbol, el equipo de Valdivia rompió la tradición perdedora de los equipos chilenos, dio la gran sorpresa y se metió entre los ocho mejores del torneo continental.
Y suele pasar también que ante lo imprevisto, lo que aparece súbitamente y sin anunciarse, surgen interrogantes para intentar comprender lo hasta hoy poco conocido.
¿Qué es Las Ánimas? Un club de barrio, de estructura limitada, en las afueras de Valdivia, que vivió en la irrelevancia hasta hace menos de dos años. Aunque fue fundado en 1942, sus principales actividades deportivas habían sido el remo, el boxeo, el tenis de mesa, fútbol (a nivel amateur, alcanzando como máximo la Tercera División en los años 90) y el tejo.
¿Por qué se decide incorporar el básquetbol a sus disciplinas deportivas? Porque en la ciudad de Valdivia es el deporte principal, lo que lleva a los valdivianos a gritar su orgullo de sentirse «la capital del básquetbol chileno». En una ciudad donde el equipo de fútbol local, Deportes Valdivia, es casi un abonado histórico a la Segunda División, lo que no genera mucho arraigo popular, el básquetbol comparte con el remo, desde hace más de 50 años, las preferencias de su gente. La gente de Valdivia siente pasión por el básquetbol y por eso se acepta, junto a la capital nacional, Santiago de Chile, que sean las únicas con dos equipos en la Liga Nacional.
Pero recién a principios de 1970 el Club Las Ánimas decidió comenzar con el básquetbol a nivel local. Sin embargo, las limitaciones económicas nunca le permitieron participar de la DIMAYOR, la primera competencia profesional chilena, que se extendió entre 1979 y 2012.
Las Ánimas fue forjando su diminuta historia a la sombra del Deportivo Valdivia, el equipo más poderoso de la ciudad, que mostraba un nivel superior, más poderío económico y mayor acompañamiento del público. El equipo grande de la ciudad participó en DIMAYOR entre 1987 y 2010, logrando el título nacional en 2001, lo que le permitió saltar al ámbito internacional en la Liga Sudamericana.
¿Cuándo decide Las Ánimas involucrarse en el básquetbol profesional? Al separarse un grupo de equipos de DIMAYOR y formar su propia competencia, Las Ánimas apoyó a los disidentes, fue parte de la creación de la Liga Nacional y en la temporada 2011-2012 hizo su primera aparición en el básquetbol rentado de Chile. Claro que, durante varios años, el equipo del barrio Las Ánimas, al norte de Valdivia, tuvo que pagar el derecho de piso de su inexperiencia, con resultados muy pobres. En la primera experiencia fue anteúltimo en la zona Sur y en la temporada 2012-13 fue aún peor, último en el mismo grupo. Las cosas no mejoraron en la 2013-14, terminando 5° entre ocho en la zona clasificatoria.
¿En qué momento empieza a cambiar la situación? En 2014 el presidente del club, José Méndez, decidió apostar por un cambio, que ante todo fue dirigencial, al sumar a Rudy Stage, un piloto de la empresa aérea LATAM, hoy volcado a tareas gerenciales. «Yo era apenas un seguidor del básquetbol, que colaboraba en lo que podía. Hasta que me propusieron pasar a tareas más ejecutivas y a la toma de decisiones en el equipo profesional, a lo que accedí, pero poniendo como condición que mejoráramos la estructura interna, para hacerla más eficiente. La tarea no resultó, ni resulta, sencilla, porque somos el equipo pequeño de la ciudad, el que tiene menos tradición y seguidores, pero nos propusimos crecer en lo deportivo y también como organización», cuenta Stange.
Si bien Las Ánimas mejoraba a nivel interno, eso no se reflejaba en resultados: 9° entre doce equipos en la 2014-15 y lo que ilusionó en 2016, con el 3° puesto en la fase regular, terminó con frustración, al perder en cuartos de final por 3-0 con Leones de Quilpué. Para completar una temporada para el olvido, sus vecinos de Deportivo Valdivia se coronaron campeones de la Liga Nacional…
¿Cómo se tomó la decisión de dar un salto de calidad? El propio Stange recuerda que «si queríamos trascender debíamos ser más ambiciosos y, sin hacer locuras, debíamos arriesgar en la conformación de un plantel más poderoso. Por eso decidimos hacer el esfuerzo de contratar a Franco Morales. Pero al equipo debíamos rodearlo de una estructura más profesional. Allí contratamos a Carlos Moraga como director deportivo, lo que resultó un acierto».
Moraga, que había cumplido esa tarea en Osorno, afirma que «buscamos mejorar las condiciones de trabajo de los jugadores y el cuerpo técnico, al que apoyamos con un equipo multidisciplinario. El básquetbol en Chile tiene estructuras incipientes, pero buscamos perfeccionarlas dentro de nuestras posibilides económicas».
¿Cuál fue el gran impacto que dio Las Ánimas en el básquetbol chileno? Para la temporada 2017-18 se mantuvo la base jugadores nacionales, se sumó a un valor destacado como Morales y se buscó apuntar a un buen terceto de extranjeros, el que conformaron los aleros Brandon Robinson, máximo anotador de la LNB, y Arnold Louis, y el pivote venezolano Luis Julio. Los resultados fueron excelentes, ya que ganó la conferencia Sur y se terminó quedando con su primer título de la historia, al vencer en la serie final a Leones de Quilpué por 4-1. Luego se sumó la otención de la Copa Chile y actualmente marcha primero en la Conferencia de su Liga, buscando lo que ningún otro equipo obtuvo hasta ahora, dos títulos nacionales seguidos.
¿Donde se perciben los beneficios que generan las buenas actuaciones de Las Ánimas? Stange, como dirigente, apunta a que «tenemos un sólido apoyo del estado, tanto a nivel regional, como municipal. Hoy nos consideran al mismo nivel que a Deportivo Valdivia, lo que confirma nuestro crecimiento. Además, el equipo tuvo química con la gente, multiplicamos la concurrencia de público al estadio y creció el número de abonados. El Coliseo Azurmendy tiene capacidad para 5.000 personas y tuvimos un marco excelente durante los playoffs pasados. Nuestra presencia en los medios de comunicación aumentó y las empresas privadas empiezan a ver el valor de estar con nosotros. Todo esto generó que nuestras cuentas estén niveladas, lo que es un gran paso inicial».
Para el director deportivo el objetivo es darle mayor jerarquía a lo que rodea el equipo. Por eso Moraga señala que han «mejorado la forma de viajar en nuestra competencia, subimos la calidad de los hoteles donde nos alojamos y la alimentación del plantel. Fue importante la llegada del entrenador Lucas Zurita, porque ayudó a entender todo desde una óptica más profesional. Estamos trabajando con gente encargada de la comunicación y el marketing y ya estamos iniciándonos en el merchandising».
Además, el club destinó parte de sus ingresos a la remodelación de su propio estadio, con capacidad para mil personas, el que utilizan mayormente las categorías menores del básquetbol y la rama femenina, recientemente creada.
¿Qué papel juega la participación en la Liga de las Américas para Las Ánimas? Carlos Moraga no duda y sentencia: «Solo jugar este torneo es lo más importante que le sucedió al club en toda su historia. Es la primera experiencia internacional y estamos aprendiendo. Si encima le sumamos los triunfos ante equipos de Argentina y Brasil, no hay palabras para describir lo que significa. Esto permite generar un impacto entre nuestra gente y además, que nos conozcan fuera de Chile. Mucha gente valora nuestro esfuerzo y ya se comprometió a apoyarnos. Pero la clasificación a semifinales fue un sueño hecho realidad, algo impensado, que nos supera, aunque nos obliga a un mayor esfuerzo para estar a la altura del próximo desafío».
Fuente: FIBA, International Basketball Federation, autor Alejandro Pérez