El Vaticano reafirmó este lunes la inviolabilidad del secreto de confesión, en respuesta a algunas iniciativas legislativas en varios países, como Chile, para que se desvelen casos de abusos sexuales por parte de curas conocidos en confesión.
En una nota de la Penitenciaría Apostólica, la Santa Sede señaló que no admite excepciones «ni en el ámbito eclesial ni mucho menos en el civil» al secreto de confesión porque «proviene directamente del derecho divino revelado» y «está arraigado en la naturaleza misma de la Santa Cena».
«De hecho, la esencia del cristianismo y de la Iglesia está encerrada en el sacramento de la Reconciliación», añade la nota firmada por el penitenciario mayor, cardenal Mauro Piacenza, que fue aprobada el pasado 21 de junio por el papa Francisco y difundida hoy.
Se señala que «un cierto ‘ansia’ de información se ha extendido en las últimas décadas…hasta el punto de que el ‘mundo de la comunicación’ parece querer ‘reemplazar’ la realidad».
Según la Penitenciaría, «al invocar la opinión de la opinión pública como último tribunal, con demasiada frecuencia se da a conocer información de todo tipo, también en relación con las esferas más privadas y confidenciales».
«Prejuicio negativo hacia la iglesia»
Ello inevitablemente afecta la vida eclesial e inducen a «juicios imprudentes, perjudican ilegítimamente e irreparablemente la buena reputación de los demás, así como el derecho de toda persona a defender su privacidad «, sostiene la nota.
Se habla de la existencia de un «prejuicio negativo preocupante hacia la Iglesia Católica», especialmente a partir de los escándalos de abuso, «horriblemente perpetrados por algunos miembros del clero».
Por ello, se agrega que incluso después de los pronunciamientos de los episcopados de los países en cuestión (donde se quieren introducir esas iniciativas contra el secreto de confesión) la Santa Sede interviene para reafirmar los principios del secreto de confesión.
«El confesor, de acuerdo con el Código de Derecho Canónico, nunca está autorizado, por ningún motivo, a traicionar al penitente con palabras o de ninguna otra manera», se recuerda.
También está «absolutamente prohibido para el confesor hacer uso del conocimiento obtenido de la confesión», y el sello sacramental «debe mantenerse» incluso si no le otorga la absolución.