El final del invierno austral más seco en seis décadas ha dejado un saldo complejo: 6 de las 16 regiones de Chile sufren los efectos del déficit de precipitaciones, que en el caso de Valparaíso y Santiago llegó al 77%. Según el Ministerio de Agricultura, hay unos 37.000 agricultores en riesgo. Asimismo, entre las regiones de Atacama (norte) y Maule (sur) se contabilizan a la fecha unos 106.000 animales muertos por falta de agua y alimentos, según cifras del ministerio.
Chile cumple con la mayoría de los nueve criterios de vulnerabilidad enunciados por la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC), incluyendo áreas propensas a sequía y desertificación.
«La situación es compleja», reconoce Javier Maldonado, gobernador de la provincia de Chacabuco, que alberga a varias de las comunas afectadas por la sequía. «Tenemos que ser realistas, el cambio climático llegó para quedarse», añade.
En el patio de su casa en la comuna de La Ligua, en Valparaíso, Dominga Mondaca muestra las grietas que atraviesan el lugar y por las cuales antes corría el agua que regaba plantaciones de frutillas y cítricos. «Son muchos años con poca agua pero este año se pasó, no llovió nada», dice Dominga, una de las más de 600.000 personas que requieren ser abastecidas de agua.
En la vecina Petorca, las corrientes de agua se transformaron en rocas resquebrajadas. Pero en algunas zonas el paisaje marchito contrasta con el verde de cerros colmados con plantaciones de cítricos y aguacates, un cultivo de gran demanda del que Chile es uno de sus mayores exportadores. En esta localidad, a la falta de agua se suma el mal manejo de los recursos hídricos, aseguran sus habitantes.
En la cordillera central de Chile la nieve acumulada presenta un déficit del 65% frente al promedio histórico, según datos oficiales. Los científicos calculan una disminución de entre 5 y 10% por década en prácticamente todos los Andes, uno de los principales reservorios de agua del país.
«La zona central de Chile es muy dependiente de los derretimientos estivales tanto de la nieve como de los glaciares. Eso significa que si la cobertura de nieve se reduce, también se reduce la disponibilidad de recursos hídricos», alerta Raúl Cordero, experto en cambio climático de la Universidad de Santiago.
«Chile vivía como si fuera un país que tenía abundancia de agua, pero probablemente el cambio climático y el calentamiento global cambió esa situación para siempre», afirmó el presidente Sebastián Piñera al anunciar inversiones por 5.000 millones de dólares para hacer frente a la sequía.
Fuente: telemetro.com