El Banco Central presentó este lunes el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del segundo semestre de 2019. Dado que se cerró el 21 de octubre, junto con el inicio de las protestas ciudadanas en el país, se adjuntó a este informe una minuta complementaria, que analiza el nuevo escenario desde la perspectiva de la estabilidad financiera.
En el cuerpo principal del IEF se destaca que a nivel global están surgiendo nuevos factores de riesgo, como producto del efecto del actual escenario internacional de bajas tasas largas, sobre el portafolio de distintos inversionistas institucionales. A su vez, se mantiene un alto apetito por riesgo global, cuya reversión abrupta podría afectar el costo de financiamiento.
En los mercados locales, hasta el cierre del IEF destacaba la caída de tasas soberanas de largo plazo y spreads, junto con la mantención de menores holguras de capital de la banca y un alto crecimiento de oferentes de crédito no bancario.
Del lado de los usuarios de crédito, no se observaban cambios importantes a nivel agregado. No obstante, se identificaba que una caída en los niveles de actividad tendría un impacto relevante, especialmente para segmentos de hogares con mayor carga financiera y de empresas que han empeorado sus indicadores de crédito.
Estas vulnerabilidades son particularmente relevantes para evaluar los riesgos asociados a una prolongación o intensificación del escenario de turbulencia social surgido en la segunda quincena de octubre.
En particular, aunque indicadores del mercado financiero, como el tipo de cambio, los precios de acciones y las tasas de largo plazo, tuvieron movimientos relevantes con el surgimiento de las protestas, el canal más importante de transmisión a observar corresponde a la actividad, el empleo y la situación de sectores particularmente afectados, como el comercio. Un deterioro de las expectativas como producto de la prolongación de la incertidumbre también podría tener impactos relevantes.
El Banco Central destacó que el IEF tiene como objeto identificar fuentes de riesgo para la estabilidad financiera en Chile, factores de vulnerabilidad y mitigadores de los mismos, con el objetivo de dar o promover, según sea el caso, respuestas de política económica y financiera, que generen cambios en el comportamiento de los agentes para minimizar el riesgo residual que pudiera persistir.
Fuente: La Nación