Suspensión de SAGOFisur y el contexto social

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Por Christian Arntz, presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO A.G.

Por séptima vez en 102 años, la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO A.G., ha debido suspender la realización de su feria internacional, la más antigua de Chile y muy querida y esperada por los osorninos. La decisión, como siempre, ha sido dolorosa y es el reflejo del desafío que enfrentamos como sociedad hoy.

Ya nadie tiene dudas respecto de la validez de las demandas sociales expresadas en las manifestaciones pacíficas, con apoyos por sobre el 80% en encuestas, sin embargo, la debilidad institucional graficada en la imposibilidad de detener a la minoría violenta que fue capaz de afectar de manera grave el sistema de trasporte público, también ha dejado de manifiesto ahora también la fragilidad de nuestra economía que algunos creen del primer mundo: las exportaciones han caído más de un 20% en sólo 20 días y la contracción de la actividad interna sólo conducirá a la precarización de los empleos. Chile ya es hoy mucho más pobre que a inicios de octubre.

Hay algunos que creen que más Estado y ya lo hemos dicho desde esta tribuna antes: todo indica que aquello es una pésima noticia, salvo para quienes trabajan allí. En los últimos cinco años los funcionarios públicos crecieron 26,3%, mientras que la economía lo hizo sólo un 11,3%. Actualmente, el Estado administra 60 mil millones de dólares y mantiene un millón de trabajadores asalariados de un total de 6 millones.

¿Son los servicios del Estado mejores con los constantes aumentos de dotación? No, porque el Estado siempre ha sido esencialmente ineficiente y por ello siempre pide más dotación, más mejoras, aún cuando los empleados fiscales ganan 45% más que el resto de la fuerza laboral que los financia.

El Estado que se nos intenta vender como “pequeño” y llamado a asumir más protagonismo en nuestras vidas, administra –o malgasta- en un solo año más del doble de lo que suman las 10 fortunas más grandes de Chile… Sí, en sólo seis meses, gasta toda la plata de los 10 más ricos… y la pregunta es ¿es eficiente en ello? No. El término del rol subsidiario para que el Estado pueda ser “empresario” debería ser visto con preocupación al observar que empresas estatales como Codelco o Enap brillan por su generación de pérdidas para el país.

Es hora de ponerle números a las demandas. Si el movimiento social dice no sentirse representado por nadie, es hora de que elija a sus voceros, sistematice sus propuestas con bajadas concretas –cómo hacerlo y cómo financiarlo- para que contribuya a devolver la paz sin dejar espacio a los violentos que justifican su accionar en la falta de avances.