Un tribunal paquistaní sentenció a muerte este martes en ausencia al ex presidente Pervez Musharraf por el delito de traición, después de suspender el orden constitucional en 2007, en el primer caso de este tipo en Pakistán, país que ha estado gobernado la mitad de su historia por dictadores.
«Un tribunal especial formado por tres jueces sentenció en Islamabad a Pervez Musharraf a muerte. La corte determinó que cometió traición», dijo a Efe Azhar Siddique, abogado del condenado, que vive en el extranjero desde hace años.
La condena por traición se debe a que suspendió el orden constitucional e impuso un estado de emergencia entre el 3 de noviembre y el 15 de febrero de 2007, de acuerdo con su abogado. «Ahora tenemos el derecho de apelar el veredicto ante el Tribunal Supremo», añadió Siddique. El tribunal, que decidió por dos votos a uno la condena, emitirá un veredicto detallado en 48 horas.
El ex general y ex jefe del Ejército paquistaní de 76 años se encuentra en Dubai, a donde viajó en marzo de 2016 alegando problemas médicos con la promesa de regresar en «entre cuatro y seis semanas», y desde entonces ha rechazado volver a Pakistán. No protegió la vida de Benazir Bhutto Además de este caso, el ex militar se enfrenta a varias acusaciones, como la de no haber protegido la vida de la ex primera ministra Benazir Bhutto, asesinada en 2007.
El caso por traición contra el militar comenzó en 2013 acusado de imponer el estado de excepción y decretar la detención de decenas de jueces por el Gobierno del entonces primer ministro Nawaz Sharif, precisamente el mandatario a quien Musharraf echó del poder en un golpe de Estado en 1999. El Ejecutivo de Sharif prohibió tras su regreso al poder en 2013 la salida del país de Musharraf por la denuncia de alta traición, una prohibición que levantó en 2016 el Tribunal Supremo.
El militar ocupó la presidencia del país entre 2001 y 2008, año en que se vio obligado a abandonar el país. Las reacciones a su condena no se han hecho esperar. «La democracia es la mejor venganza», tuiteó Bilawal Bhutto, hijo de Benazir, cuyo asesinato continúa impune. Musharraf sostiene que los cargos judiciales son una vendetta política.
Fuente: Emol