Después de casi dos años, este miércoles, Estados Unidos y China firmarán la Fase 1 del acuerdo para desactivar, al menos temporalmente, una Guerra Comercial que ha afectado la economía de las dos principales potencias del mundo.
Este acuerdo, que será firmado en Washington, suspenderá los aranceles impuestos por parte de EE.UU. a los productos chinos, mientras que desde el gigante asiático aumentarían las compras a bienes estadounidenses, así como también respetarían los derechos de propiedad intelectual y no manipularían su moneda.
Respecto al compromiso particular de la primera economía, el Presidente Donald Trump firmaría retirar por fases los gravámenes que ha ido imponiendo durante el conflicto. Algo que su par chino, Xi Jinping, también debería respaldar.
Mientras que China aceptó disminuir en un 50% los aranceles que el país asiático impuso el pasado 1 de septiembre a diversos productos estadounidenses por un monto que llega a los US$120.000 millones anuales.
El comienzo de la Guerra Comercial
Todo comenzó el 23 de marzo del año 2018, aunque las intenciones de Trump de iniciar una guerra arancelaria con China habían sido explícitas desde inicios de ese año. Pero dicha jornada se concretó la primera medida que marcó el inicio del conflicto.
Aquel día, Estados Unidos subió un 25% los aranceles a productos provenientes de China. El acero y el aluminio fueron los primeros en sufrir esta alza, donde Trump argumentó razones de «seguridad nacional». Luego de aquello, el día 1 de abril China tomó represalias y aplicó aranceles por US$3.000 millones a productos estadounidenses.
Seis meses después del inicio de la aplicación de los impuestos, China tenía 5.207 productos estadounidenses afectados por el alza en los aranceles, mientras que Estados Unidos luego del primer semestre de conflicto llegó a subir los aranceles de 5.745 productos de origen chino.
Es importante señalar que la Guerra comercial ha tenido un impacto bastante nocivo en el comercio mundial. El intercambio de China con el mundo se contrajo en 2,14% durante los primeros 11 meses de 2019, el de Japón y Brasil cayó en 4% y el de Estados Unidos en un 2%.
En este sentido, China registró los niveles de producción industrial más débiles de los últimos 30 años, llegando a un 4,4% de crecimiento en agosto de 2018, en pleno despliegue de las alzas arancelarias cruzadas. Asimismo, los consumidores estadounidenses vieron afectado su poder adquisitivo al tener que pagar tasas adicionales por los productos de origen chino, restando gran dinamismo a la economía global.
Entre los meses de enero a noviembre de 2019, las importaciones estadounidenses desde China cayeron en 14%, si lo comparamos con igual período de 2018, debido a las alzas aplicadas por Estados Unidos a China, entre los productos que más vieron caer su comercio destacan: pilas y baterías eléctricas de litio (47,1%), cables eléctricos (25,5%), muebles de madera (32,4%), papeles y cartones (18,2%), hilados y tejidos de lana (52,2%), y máquinas y aparatos eléctricos (celulares, computadores, etc.) (18,5%).
La «Fase 1»
Después de diversas declaraciones de persones de gobierno de ambas potencias, lo que se sabe es que se trata de un «acuerdo amplio», que va a contemplar «diferentes iniciativas con el objetivo de dinamizar y regular el comercio entre Estados Unidos y China».
Entre los capítulos de la fase 1 del acuerdo, anunciados desde el Gobierno norteamericano, destacan los siguientes:
1-. Establecimiento de mecanismos para proteger la propiedad intelectual.
2-. Establecimiento de buenas prácticas en materia de transferencia tecnológica.
3-. Disminución de las barreras no arancelarias que enfrentan productos agrícolas y pesqueros estadounidenses en China.
4-. Disminución de barreras al comercio y la inversión en el sector de los servicios financieros.
5-. Compromisos de alto estándar en lo referido a la devaluación de las monedas.
6-. Ampliación del comercio, donde China aumentaría sus compras desde Estados Unidos, en bienes agrícolas, manufacturas, alimentos, productos energéticos y servicios, por un monto cercano a los US$ 200 mil millones.
7-. Un capítulo de solución de controversias para asegurar la correcta implementación del Acuerdo.
El impacto del acuerdo en Chile
Desde un inicio, este conflicto ha afectado a nuestro país, fundamentalmente porque más del 50% de nuestras exportaciones están destinadas a Estados Unidos y China. Así, uno de los principales efectos negativos ha sido la caída en el precio del cobre ante una menor demanda desde China, lo que ha afectado directamente las arcas fiscales de Chile.
De hecho, a noviembre de 2019, las exportaciones hacia China sumaron US$19.921 millones, con una caída de 12,3% con respecto a igual período del año 2018, implicando menores ventas a ese país por US$2.787 millones.
Ante la inminente firma, en entrevista con Emol, el Subsecretario de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, Rodrigo Yáñez, señaló que «son muchos los países que envían insumos tanto a China como a Estados unidos para la producción de otros bienes como parte de esta cadena de valor y eso para Chile en particular es especialmente relevante».
«Porque China y Estados Unidos hoy representan más del 50% de nuestras exportaciones. Entonces, si tenemos ese nivel de exposición a esos países y este es un país abierto en el mundo, claramente la firma que es una señal importante, que da certeza a los mercados y da una señal de un inicio de un potencial fin de la guerra económica o comercial entre Estados Unidos y China», sostuvo.
Además agregó que «ya hemos visto, producto de la expectativa, que se ha reactivado la manufactura en China y por lo tanto nuestras exportaciones pueden subir de la mano de esa recuperación, además del tradicional aumento del precio del cobre, digamos, cuando se enfrentan situaciones de mayor certeza en la economía mundial».
«Hay un impacto de corto plazo que ya hemos visto con el anuncio, pero ya concretado, lo que nosotros esperamos para los que son nuestro primer y segundo socio comercial, es que exista una reactivación y que nuestros envíos en el fondo se recuperen», anticipó Yáñez.
No obstante, sostuvo el abogado, debemos estar alertas a diversos focos de carácter geopolítico, en particular a los potenciales impactos del conflicto entre EE.UU. e Irán, el que puede impactar en el alza del precio del petróleo, así como debilitar los flujos de comercio entre el medio oriente y el resto del mundo.
Fuente: Emol