En la tribuna de la Sala del Senado, Fabián Alcaíno esperaba expectante el resultado de la votación del proyecto de ley que lleva el nombre de su hija, Gabriela. Acompañado de las diputadas comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola, impulsoras de la iniciativa, recibió la noticia: con 28 votos a favor y uno en contra, el Senado había resuelto aprobar.
Desde la gestación del proyecto, Alcaíno estuvo ligado a la idea. Aunque la intención de amplificar el delito de femicidio a cualquier homicidio a mujeres con motivos de odio, menosprecio o abuso de género sin necesidad de una relación de convivencia o matrimonio con el homicida ya rondaba en el Congreso, no fue hasta julio de 2018 que la idea se materializó con el nombre de «Ley Gabriela».
El mes anterior, Gabriela Alcaíno y su madre Carolina Donoso fueron asesinadas por la ex pareja de la joven de 17 años. El crimen, que fue descubierto por el padre de la menor y conmocionó a todo el país, no pudo ser tipificado como femicidio. «Lo eché de la casa, porque si hay algo que mi mamá me enseñó es que nadie me puede poner el pie encima, ni la mano, ni nada», le dijo la adolescente a sus amigas por un mensaje de audio meses antes de su muerte. Tras el caso, el proyecto tomó forma y fue aprobado en general y particular por la comisión de Mujeres y Equidad de género cuatro meses después.
A fines de noviembre de 2018, la Cámara visó con unanimidad el proyecto. Entonces, el avance se detuvo. Tanto las diputadas del PC como el legislador de la DC, Gabriel Silber, hicieron múltiples llamados a acelerar su trámite, hasta que en junio el Gobierno le puso suma urgencia, asegurando que se trataba de un proyecto que apuntaba «en el sentido correcto». «Va a poner en su justa medida lo que significan los delitos de violencia contra las mujeres, que son delitos y no son problemas de pareja», dijo entonces la ministra de la Mujer, Isabel Plá.
A fines de septiembre, el Senado aprobó en general la iniciativa con 30 votos a favor y dos abstenciones, y fue remitido a las comisiones unidas de Constitución y Mujer. Allí fue analizado en particular y luego de cuatro meses, el Gobierno volvió a intervenir: este martes, le puso discusión inmediata. «Esperamos acelerar sus últimos trámites para su promulgación lo antes posible», dijo la ministra.
Finalmente, la Sala del Senado visó la iniciativa este miércoles, solamente con el voto en contra de Ena Von Baer (UDI). Así, la iniciativa pasará ahora a la Cámara para dar cuenta de las modificaciones hechas por la Cámara Alta y allí se preparará su despacho final. Se espera que la iniciativa sea puesta hoy en tabla.
De aprobarse definitivamente, la propuesta modificará el Código Penal, creando y ampliando tipos penales específicos como la violencia en el pololeo o la muerte de una mujer en manos de su ex pareja. Las penas que enfrentarán quienes cometan estos delitos van desde presidio mayor en su grado máximo hasta presidio perpetuo calificado.
«Por fin estamos llegando al final de este camino que busca entregarle justicia a las mujeres víctimas de femicidio», aseguró la diputada Vallejo tras la aprobación en el Senado. De seguir el cronograma esperado, podría estar vigente antes de que se conmemore un nuevo Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo.
Fuente: Emol