Una serie de problemas están enfrentando los almaceneros de barrio en medio de la pandemia de coronavirus. Ante la alta demanda de alimentos, los locales pequeños tienen dificultades para recibir el stock de productos necesarios para satisfacer a su clientela, la que prefiere este tipo de comercio por la cercanía y para no romper la cuarentena.
A pesar de que no se trata de desabastecimiento, los locatarios señalan que son varios los productos que les resulta difícil conseguir, cuya mayoría son de primera necesidad.
Joel Santa Cruz atiende en el centro de Santiago y reconoce las complicaciones para tener leche, arroz y aceite para ofrecer a sus vecinos.
«En el caso del aceite, el vendedor me dijo que ingresaba desde Argentina. Ese es el problema, porque estaba cerrada la frontera y costaba llegar. Y si llegaba, se iba rápido y no quedaba para otros», relató.
Una realidad similar se vive en La Cisterna. Los ingredientes para hacer pan son los que más cuesta obtener. Las soluciones momentáneas que han realizado son comprar a granel y fraccionar las porciones.
«Llegó un minuto en que yo no tenía harina, ni el local de al lado, tampoco levadura y manteca. Si encontramos, traemos, y si la gente tiene suerte se lo lleva», contó Verónica Valenzuela, dueña de una amasandería.
La recomendación de las autoridades
El ministro de Agricultura, Antonio Walker, señaló que «la idea es que nadie se quede sin abastecimiento de alimentos, porque cuando la logística y la distribución funcionan en los distintos eslabones de la cadena, los precios se mantienen de forma estable, competitiva y justa».
Ante esta situación, los comerciantes han recurrido a otras alternativas para recuperar terreno en el mercado.Comprar con anticipación o en conjunto con otros minoristas son algunas de ellas, todas con el objetivo de conseguir esos productos escasos y seguir siendo la principal alternativa de compra en los barrios.