Boca Juniors no es ni la sombra del gigante sudamericano que lo ganó todo durante la década del 2000. Ahora es un equipo pragmático, que juega muy bien de contra y lo más importante: sabe hacer los goles cuando se presentan las oportunidades. Algo que en Colo Colo todavía no entienden.
Y los albos pagaron caro su impericia. Se nota cuando los jugadores tienen sus prioridades claras: el fútbol se gana con goles y el arco es la meta. Al parecer, los delanteros blancos están más preocupados del corte de pelo, la música de moda o el celular de más gama alta.
En lo futbolístico, Colo Colo tuvo pasajes de dominio, pero siempre con escasa definición final. Bolados y Damián Pizarro se perdieron goles increíbles que hubiesen servido para llevarse perfectamente, el primer triunfo del Popular por Copa Libertadores en tierras argentinas.
El único gol del encuentro, fue obra de Marcelo Weigandt a los 55′ del segundo tiempo, con una volea suave y muy colocada, que dejó atónito a Brayan Cortés.
Tras el gol, los dirigidos por Gustavo Quinteros siguieron con la posesión del balón, pero nuevamente Pizarro y el cuestionado Jordhy Thompson, erraron pelotas de forma infantil frente al arco custodiado por «Chiquito» Romero.
Una derrota que deja último a Colo Colo en el grupo F de la Libertadores, aún con posibilidades matemáticas de clasificar a octavos de final, pero… la verdad es que lo mostrado esta noche en La Bombonera, es vergonzoso. Ni siquiera merece ir a la Sudamericana, en caso de salir tercero en su llave.