A medida que se acerca la Semana Santa, la polémica sobre la apertura de las grandes tiendas en Viernes Santo se intensifica. Luego de casi dos décadas en que Falabella, Paris y Ripley permanecieron cerradas en esa fecha, este año anunciaron su reapertura, lo que generó rechazo entre sus trabajadores. En respuesta, diputados de Chile Vamos anunciaron un proyecto de ley para convertir el Viernes Santo en feriado irrenunciable, lo que desató un debate sobre la regulación del comercio y el respeto a las festividades religiosas.

Desde la Cámara Nacional de Comercio, su presidente, José Pakomio de visita en Puerto Montt calificó la iniciativa parlamentaria como un acto de «populismo electoral» y advirtió sobre el impacto económico que una medida de este tipo podría generar.

En esa misma línea, Patricio Ampuero, presidente de la Cámara Regional de Comercio Puerto Montt, coincidió con el análisis del presidente nacional del gremio.

De acuerdo a algunos expertos, establecer un nuevo feriado irrenunciable afectaría la libertad de trabajo y la planificación empresarial, además de abrir la puerta a solicitudes similares de otros grupos religiosos.

Mientras algunos economistas señalan el impacto económico que traería la medida, estimando una reducción del 0,1% en el Imacec, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, anunció que la Dirección del Trabajo se pronunciará al respecto, mientras el país sigue dividido entre la libertad de comercio y la protección de los derechos laborales en fechas clave.