Cada 11 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, enfermedad que afecta a más de 1,2 millones hombres en el mundo, siendo el tipo de cáncer más común en ellos. El Dr. Iván Saéz, urólogo de Clínica Universidad de los Andes, afirma que “no se previene, pero se puede hacer un diagnóstico precoz y en general, el pronóstico es muy bueno. Actualmente, existen tratamientos para curar al paciente o que logre vivir muchos años más, con pocas complicaciones”.
Es una enfermedad que, en etapas precoces, e incluso cuando está un poco avanzado, no da síntomas. Por eso se recomienda iniciar controles entre los 45 y 50 años, pero al tener antecedentes familiares directos de cáncer prostático, se sugiere controlar desde los 40 años.
Existen varios exámenes relacionados:
- Antígeno prostático: examen de sangre, es el más sensible. Si sale normal, hay una alta probabilidad de no tener cáncer. Este valor normal dependerá de la edad y de los resultados previos del antígeno, en caso de tenerlos.
- Tacto rectal: examen físico que dura pocos segundos en donde el especialista palpa el tamaño de la próstata y si es que presenta alguna zona dura sospechosa de cáncer.
- Resonancia magnética de próstata: permite precisar mejor los hallazgos del tacto rectal y/o del antígeno prostático, mostrando las áreas sospechosas de cáncer (en caso de haberlas), y permite guiar la toma de biopsia. Se efectúa para conocer la extensión de un cáncer confirmado y así planificar el tratamiento ideal para el paciente.
“Estos chequeos suelen recomendarse cada dos o tres años, dependiendo del paciente”, explica el Dr. Sáez.
Al diagnosticar un cáncer prostático, se debe constatar si el tumor está localizado sólo en la próstata o si ya se extendió a órganos vecinos y/o dio metástasis. Según esto, se determinará el tipo de tratamiento, que puede ser una cirugía para extirpar la próstata, radioterapia o medicamentos que supriman la testosterona en el cuerpo, para frenar el crecimiento de las células tumorales.
La cirugía robótica para el cáncer de próstata es una de las opciones quirúrgicas y corresponde a una mejora de la cirugía laparoscópica, donde se extrae el tumor utilizando un robot, lo cual permite realizar movimientos con mayor precisión. Actualmente, Clínica Universidad de los Andes cuenta con el robot da Vinci X, que ya va en su cuarta generación.
El Dr. Sergio Guzmán, jefe del Programa de Cirugía Robótica de Clínica Universidad de los Andes, señala que “la ventaja más grande que aporta la robótica respecto de una de tipo convencional es que se logra una recuperación más rápida. Esto se debe a menor dolor, sangrado y daño quirúrgico. Además, facilita mucho la visión del cirujano, quien se encuentra virtualmente ‘adentro’ del paciente y ve magnificados los rincones más profundos. Esto ayuda a la disección y, por lo tanto, al cuidado de las estructuras nobles, vasos sanguíneos, nervios y el esfínter de la continencia de orina”, recalca el especialista.