Pasada las 13.30 horas, en el salón Montt Varas en el Palacio de La Moneda, se anunciaron los siguientes cambios: Salió el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila (RD) y en su reemplazo asumió Nicolás Cataldo (PC), quien ejercía como Subsecretario de Desarrollo Regional. Javiera Toro (Comunes) ocupará el puesto que dejó el exministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, renunciando al ministerio de Bienes Nacionales.
Además, Marcela Hernando dejó el ministerio de Minería y asumió Aurora Williams (PR); y Jaime de Aguirre fue reemplazado en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio por Carolina Arredondo (IND). Finalmente, Marcela Sandoval (RD) asumió el liderazgo de Bienes Nacionales.
Con estos cambios se reduce la participación de Revolución Democrática en el Gobierno. Partieron con Jackson en Segpres, por lo tanto dentro del comité político y con Educación. En septiembre quedaron con Desarrollo Social y con Educación y ahora solo tendrán Bienes Nacionales: Un ministerio importante, como todos, pero sin el peso de otros.
Asimismo, se concreta la llegada de Aurora Williams en Minería, aumentando los secretarios de Estado que trabajaron durante la administración de la ex Presidenta Michelle Bachelet, sumándose a Carolina Tohá (vocera en Bachelet 1) y Álvaro Elizalde (también vocero en Bachelet 2) y Alberto Van Klaveren (subsecretario en Bachelet 1).
Esto ocurre a cinco meses y seis días del anterior (el de marzo), que se relacionaba con la crisis de los indultos y también con buscar un reimpulso en la agenda. En esa ocasión ingresó Jaime De Aguirre: Duró 159 días en el cargo. La pregunta, siempre después de un cambio profundo, es hasta cuándo durará el nuevo equipo, teniendo presente además que los ministros y subsecretarios que quieran participar en las elecciones municipales o de gobernadores del próximo año, tiene como plazo salir hasta octubre.
Crisis
Casos Convenios Han pasado 61 días desde que el medio de comunicación Timeline destapó posibles transferencias irregulares de recursos públicos desde la seremi de Vivienda de Antofagasta a la Fundación Democracia Viva, involucrando al exseremi, Carlos Contreras y a la ex pareja de la diputada Catalina Pérez, Daniel Andrade; ambos expulsados de Revolución Democrática.
La noticia abrió una caja de Pandora que contaminó subsecretarías, secretarías regionales ministeriales y gobiernos regionales. Según el propio Ejecutivo – en ciertos casos – habrían indicios claros de corrupción, no obstante, la investigación aún está en manos del Ministerio Público.
La seguidilla de convenios que comenzaron a salir a la luz a propósito del caso de Democracia Viva fue generando una gran división entre las fuerzas políticas.
La oposición en reiteradas ocasiones le pidió al Mandatario hacer cambios en sus filas para dar una señal a la ciudadanía de que se están tomando cartas en el asunto respecto al escándalo del Caso Convenios. Además, para hacer valer las responsabilidades políticas respectivas, específicamente, exigían la salida de Giorgio Jackson, por ser uno de los fundadores de Revolución Democrática.
Ante estas presiones, los ministros al unísono argumentaban que sacar o cambiar a un secretario de Estado es una facultad exclusiva del Presidente de la República y pedían no intervenir en la voluntad del jefe de Estado.
Con el pasar de los días, no era solo Chile Vamos y el Partido Republicano los que pedían hacer cambios en el gabinete. A este llamado se sumaron voces del centro y también del propio oficialismo.
Salida de Jackson
En ese contexto, el viernes pasado el exministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, le presentó su renuncia al Mandatario. El militante de Revolución Democrática, se reunió por cerca de 40 minutos con el Presidente Gabriel Boric y la ministra del Interior, Carolina Tohá, para darle a conocer su renuncia «indeclinable» ya que el cargo que detentaba dentro del gabinete venía siendo un escollo para las reformas del Ejecutivo.
Boric catalogó la salida de Jackson como un «gesto de generosidad» y el Frente Amplio se plegó a ese discurso a través de redes sociales. Por otro lado, el aceptar la renuncia del secretario de Estado, fue valorado positivamente por la oposición y calmó en cierto nivel la tensión que existía.
Fuente: Emol