La ingesta de carne se asocia con la esperanza de vida: un análisis de datos transversal de 175 poblaciones contemporáneas.
Un extenso artículo publicado en la web científica Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI) afirma que comer carne y mayor esperanza de vida están vinculados.
Los autores de la investigación son Wenpeng You, Renata Henneberg, Maciej Henneberg y Arturo Saniotis (los cuatro de la Unidad de Investigación de Antropología Biológica y Anatomía Comparada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Adelaide, Australia); junto con Yanfei Ge (de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Sídney, Australia).
El artículo señala que “la asociación entre una dieta basada en plantas y una vida útil prolongada es cada vez más criticada, ya que puede basarse en la falta de datos representativos y la eliminación insuficiente de factores de confusión como los estilos de vida.
El estudio de estos cinco científicos australianos analiza la asociación entre la ingesta de carne y la esperanza de vida a nivel de población en base a datos ecológicos publicados por las agencias de las Naciones Unidas.
Para eso obtuvieron datos específicos de la población de 175 países o territorios.
RESULTADOS Y CONCLUSIÓN.
En todo el mundo, “la ingesta de carne se correlaciona positivamente con la esperanza de vida. Esta relación siguió siendo significativa cuando se controlaron estadísticamente las influencias de la ingesta calórica, la urbanización, la obesidad, la educación y los cultivos de carbohidratos. La regresión lineal escalonada seleccionó la ingesta de carne, no los cultivos de carbohidratos, como uno de los predictores significativos de la esperanza de vida. En contraste, los cultivos de carbohidratos mostraron una correlación débil y negativa con la esperanza de vida”.
ESPERANZA DE VIDA.
Cuando una persona nace, “se estima” que la esperanza de vida está determinada entre el 20-30% “por factores genéticos, y el 70-80% está determinada por factores ambientales”.
Sin embargo “la nutrición ofrece los medios para mejorar la salud y el bienestar y actúa como un factor predictivo significativo del envejecimiento saludable, por lo que aparece como uno de los principales determinantes de la esperanza de vida”.
Ahora bien, el ser humano consume carne “desde el período paleolítico temprano”, considerándose la carne como “un componente de alta calidad de la dieta de los homínidos”.
Sin embargo en los últimos años se difundió la idea de que el “vegetarianismo y el veganismo, basándose en la suposición de que las dietas no cárnicas proporcionan más beneficios para la salud que las dietas que incluyen carne”.
Asimismo, “la ingesta de carne se ha asociado con problemas de salud adversos, pero la evidencia en apoyo de esta hipótesis es limitada”.
“La ciencia nutricional moderna ha revelado que la carne proporciona una nutrición completa”, y aunque “la tecnología alimentaria moderna es capaz de producir artificialmente todos los componentes de la carne, de modo que en situaciones especiales se puede introducir contenido completo de carne en una dieta sin incluir el tejido muscular real de los animales” la realidad es que esto “no argumenta en contra de los beneficios de comer carne. Por el contrario, apoya que el contenido de carne es necesario para una buena nutrición humana. La disponibilidad de carne producida artificialmente puede proporcionar una solución para las personas que se oponen éticamente a matar animales”.
Asimismo, el estudio poblacional, “utilizando datos recopilados por las Naciones Unidas y sus agencias, prueba la hipótesis de que, en todo el mundo, las poblaciones con más consumo de carne tienen mayores expectativas de vida”.
Fuente: todoelcampo.com
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