Identificando zonas de riesgo de remociones en masa, en busca de generar planes de acción, tanto preventivos como de intervención en la provincia y las comunas, se desarrolló en la Delegación Presidencial de Chiloé una reunión de la mesa técnica que trata esta problemática.
Con el objeto de sistematizar la información sobre estos fenómenos de deslizamiento de material, en especial la obtenida de un catastro realizado en 2018, para impulsar medidas respecto al ordenamiento territorial y la protección civil a nivel local, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) presentó los antecedentes a las oficinas de emergencia municipales.
David Quiroz, jefe (s) de la oficina técnica de Puerto Varas del Sernageomin, explicó que “estamos realizando la bajada de los antecedentes del catastro, siendo Chiloé la primera provincia”, advirtió el geólogo, añadiendo que pese a que en el Archipiélago es “difícil definir sectores puntuales de riesgo de remociones, porque hay eventos en toda la provincia, sí existe un mayor impacto en los centros urbanos en Castro, Quemchi, Chonchi y Quellón”.
Sumó el profesional que esta realidad se asocia a laderas empinadas, intervención en las mismas, como también a factores como precipitaciones intensas y sostenidas, al igual que los movimientos telúricos.
Focalizando la intervención del servicio, la fuente detalló que en la capital chilota ya levantaron informes sobre eventos ocurridos en las calles Lillo y Luis Espinoza.
Con relación a la primera arteria, que el 8 de junio fue epicentro de un derrumbe que afectó una vivienda, Quiroz resaltó que el problema en el sector se vincula “con la materialidad y la pendiente. Hay un tema con el drenaje porque los materiales son sedimentarios, porosos y chocan con una capa, un nivel bajo impermeable donde escurre agua como una vertiente. No existe un sistema de drenaje para canalizar estas aguas”.
Dentro de las recomendaciones que planteó la institución se encuentran encargarse de un sistema de drenaje, como la construcción de un muro de contención para reforzar la ladera. También se apuntó a evitar las intervenciones de las personas en el sector.
Estas sugerencias coinciden con lo que ocurre en Luis Espinoza, donde la semana pasada hubo un nuevo movimiento de material. “Se recomendó un sistema adecuado de drenaje y obras civiles para contener esta remoción consistente”, aclaró el experto.
Por Aucar (Quemchi), el funcionario remarcó que presentaron dos informes, describiendo que “tiene acantilado costero de 2 a 4 metros, sufriendo de caída de bloque que es un tipo de remoción en masa, sobre todo en la parte norte y oriental de la isla donde golpean las tormentas. Los materiales son glacigénicos, heterogéneos, porosos y propensos a la remoción”.
Bajo este contexto, el organismo técnico aconsejó que las personas no se acerquen a esos lugares por eventuales colapsos.
Otros puntos que identificó el especialista donde existen contingencias, son el borde costero de Quellón, por caída de bloques gatillada por el terremoto del 25 de diciembre del 2016, como también un socavón existente en el sector Las Compuertas de Dalcahue, por el cual “estamos trabajando y preparando un informe. Es un proceso complejo que socava parte de la cuenca del río y tiene que ver con la materialidad y factores como la deforestación y sistema de drenaje que no es apropiado”.