Actualmente, cada vez más empresas y organizaciones orientan su visión y acciones concretas en torno a un sistema de valores. Allí, radica la importancia de la cultura organizacional, como fundamento de la gestión colaborativa y desarrollo profesional.
Los elementos implicados en el fortalecimiento y solidez de un equipo de trabajo son diversos y dependen de cada caso particular. Sin embargo, es posible diferenciar algunos que son factibles de observación y optimización en pos de mejorar el rendimiento y clima laboral.
A continuación, recorremos los aspectos fundamentales de la cultura organizacional aplicables a toda empresa.
Transmisión de valores
Un aspecto esencial para el fortalecimiento de la cultura organizacional es contar con un sistema de valores propio. Transmitir esos principios a los colaboradores es una forma de construir identidad y definir propósitos mucho más allá del rédito económico.
Estos valores deben fundarse en una filosofía empresarial, definir una misión y, sobre todo, dar cuenta de los comportamientos culturales que hacen la diferencia.
Comunicación efectiva
Las comunicaciones internas determinan, sin excepción, el flujo armónico de las acciones y respuestas entre colaboradores de una empresa. En ese sentido, cobra especial relevancia la capacidad de articulación y comunicaciones efectivas dentro del equipo.
El impacto de una buena comunicación es notable y está determinado por la capacidad de escucha, claridad y retroalimentación.
Objetivos compartidos
Uno de los mayores beneficios de desarrollar una cultura organizacional al interior de una empresa, es lograr un flujo armónico de las actividades. Esto se logra mediante otro aspecto clave: compartir objetivos.
Tener una proyección compartida hace posible que todas las labores de la organización estén orientadas de forma coherente hacia un mismo fin. Y, por supuesto, es importante que todos los colaboradores estén al tanto y lo compartan.
Capacitación continua
Las personas que forman parte de una organización son los pilares fundamentales de la misma. Por esa razón, es esencial brindarles herramientas de forma constante, para contar con una comunidad humana formada, actualizada y competente.
La continua capacitación no solo determinará una mayor profesionalización de los colaboradores, sino que también fortalecerá la identificación con los procesos internos.
Cultura de liderazgo
Otro aspecto de importancia tiene que ver con la capacidad de liderazgo al interior de una empresa u organización. A diferencia de los sistemas autoritarios, una cultura de liderazgo efectivo implica el aliento a la creatividad, escucha activa y retroalimentación.
Además, quienes lideren deben basarse en el sistema de valores propios de la empresa y difundirlos. Para lograrlo, deben ser capaces de promover el bienestar y la comunicación constructiva.
Ambiente laboral
Si bien existen distintos tipos de cultura organizacional, todos coinciden en darle especial relevancia a la conformación de un ambiente laboral saludable. Además de minimizar la rotación de talentos, un buen clima de trabajo se traduce en un mayor compromiso.
Fortalecer la armonía interna mediante diversos mecanismos, favorece la identificación de los colaboradores y su consiguiente flujo creativo y laboral. Por otra parte, es la forma de dar cuenta de la veracidad de los valores que se difunden.
Fuente: Latin Words
Imagen: @kaleidico