El pasado martes en la sala de sesiones de la Municipalidad de Osorno fue un día intenso. En medio del aporte monetario del Banco Interamericano de Desarrollo para realizar estudios para encontrar una solución definitiva al vertedero de Curaco, pobladores de ese sector se manifestaron en duros términos.
La situación no pasó a mayores, sin embargo, algunas figuras políticas recogieron el guante, pues es evidente la demora en terminar un asunto que transformó a Curaco, en una zona de sacrificio.
Al respecto, el consejero regional y presidente de la comisión Osorno, Francisco Reyes, indicó que no comparte la forma de los reclamos ciudadanos, pero sí el fondo, pero, que el dinero aportado por el BID servirá para mejorar la poca vida útil que le queda al vertedero.
Reyes, quien es también presidente de la Comisión de Medioambiente del CORE, indicó que aparte de las culpabilidades de los actores, hubo faltas de coordinación, entre lo técnico, el aparato público y la ciudadanía.
Por último, el consejero añadió que si fuera por él, habría iniciado los estudios hace diez años, pero que eso ya es pasado y se debe trabajar en base a la crisis existente.