Diagnóstico clínico en el Día mundial del Sueño

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La apnea del sueño es una enfermedad frecuente, más frecuente de lo que médicos y pacientes creen. Por años, roncar y dejar de respirar al dormir era considerado una situación desagradable para la persona que dormía junto al afectado, pero ahora sabemos que eso no es normal, es una enfermedad, y se llama Apnea del Sueño.

Esta enfermedad (la apnea del sueño) está fuertemente asociada a la obesidad, condición que Chile lidera a nivel mundial. Según la Encuesta Nacional de Salud 2017, el 35% de la población chilena está obesa. Esto hace sospechar que en nuestro país la apnea del sueño sea la punta del iceberg, que sólo se verá cuando logremos buscar bajo el agua y no sobre ella, es decir, cuando médicos y pacientes piensen que existe y se soliciten los exámenes necesarios para diagnosticarla (se estima que un 8,9% de la población sobre 18 años tenga apnea del sueño moderada a severa).

La apnea del sueño se presenta con numerosos síntomas, pero los más fáciles de reconocer son el ronquido, hacer pausas mientras se duerme, somnolencia diurna excesiva (quedarse dormido en situaciones que no son esperables) y el cansancio desmedido durante el día. Todo esto asociado a la ya mencionada obesidad en sus diferentes grados.

Ya con estos síntomas, tanto médicos como usuarios deberían sospechar que podrían estar frente a una apnea del sueño. Es aquí, cuando nos encontramos con la limitación del diagnóstico, porque se requiere estudios del sueño que son específicos y costosos, no disponibles en todas partes.

Con gran esfuerzo, y tras 2 años de gestión, el Hospital Base San José de Osorno, comenzó a realizar en marzo de 2020 Poligrafía Respiratoria, uno de los exámenes necesarios para poder diagnosticar la apnea del sueño, y comenzar a mirar bajo el agua en busca del monstruo.

Este esfuerzo por diagnosticar la apnea debe ir asociado a un tratamiento, que es costoso en primera instancia, pero que, a corto plazo, ahorra recursos al sistema sanitario, porque los usuarios con apnea que no se tratan, sufren de infartos cerebrales y cardíacos en forma precoz, peor control de su presión arterial y diabetes, y tienen alto riesgo de accidentarse al manejar (se quedan dormidos manejando).

Pero estamos avanzando, ya diagnosticamos y comenzamos a dar soluciones de tratamiento y seguimiento a nuestros usuarios. Gracias a esto, no son solo ellos los beneficiados, sino también la persona junto a la que duermen, sintiendo ambos un cambio total en su calidad del dormir y de vivir.

 Dr. Francisco Cano Cohen

Médico Broncopulmonar

Hospital Base San José Osorno