El dolor de perderlo todo en medio de la crisis social, genera más incertidumbre, pérdida de puestos de trabajo, rechazo a la violencia y búsqueda desesperada de una salida al dantesco escenario, de lo que para algunos son bienes materiales recuperables, pero para otros, es el hogar de toda una vida o la fuente de trabajo y subsistencia de varias familias.
Más allá de la destrucción total de la edificación con 4 locales comerciales, los daños al edificio Kuak podrían haber sido peores, a no mediar la rápida intervención de Bomberos y la activación de la red húmeda de un edificio emblemático del centro de Osorno, por su elevada estructura, cuyos ventanales colindantes con el mega incendio se fracturaron o reventaron por la temperatura. Sin embargo hubo departamentos con gran destrucción de su mobiliario, como el 102 del décimo piso, pero también fueron fuertemente golpeados emprendimientos como una peluquería de una ciudadana venezolana, que daba trabajo a chilenas y connacionales.
Aunque la causa del mega siniestro no está clara los afectados la asocian al vandalismo. Un residente que vive en el lado menos afectado, está sin agua y sin luz. Comparte las demandas sociales, pero no está de acuerdo con la violencia, al igual que vecinos y trabajadores que temen por su fuente de trabajo.
Los efectos en el edificio Kauak son diversos, producto del intenso calor que soportó por varias horas, pero también por efecto del agua que aún escurre por las escalas, lo cual también afectó a emisoras colegas como Musicoop, Sinergia y La Mega. Sin embargo, todo podría haber sido peor a no mediar el trabajo de bomberos que – según residentes- durante el siniestro enfrió dos grandes estanques de gas ubicados entre el edificio y el foco del incendio.