Educación para el respeto mutuo y la productividad

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Por Ricardo Mohr Rioseco

Director Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO A.G.

 

El empuje y productividad de los trabajadores, unido a la visión de las generaciones de empresarios que tuvieron su apogeo durante el siglo XX, son los factores que permitieron el desarrollo industrial de Chile de áreas clave como la agrícola, forestal y la minería, entre otras, lo que derivó en logros tan relevantes como rebajar la pobreza desde el 68,5% de 1990 al 8,6% de 2020, convirtiéndonos en un ejemplo para el mundo.

Las nuevas generaciones nacieron en un contexto muy diferente al de sus padres, lo que sumado al acelerado desarrollo tecnológico de estas últimas décadas, impuso nuevos desafíos: en palabras simples, dejar la pobreza ya no es suficiente, porque hay más por alcanzar y enhorabuena que así sea. El asunto es: sabiendo qué fue lo que resultó bien para dar el primer gran paso hacia el desarrollo hace tres décadas, ¿qué es lo que tenemos que hacer ahora para dar vida a un nuevo impulso?

La discusión ya había comenzado antes de la irrupción del COVID 19, tiempo en que como el país que construimos, nos permitió disponer de paquetes de ayuda sólo comparables a los de naciones desarrolladas. Sin el Chile que habíamos construido, no podríamos contarnos hoy entre las economías que registran una de las más bajas caídas de la región, lo que nos permite esperar una sólida recuperación hacia 2021, si hacemos las cosas bien.

Las nuevas generaciones están llamadas a tomar la posta de quienes hicieron posible que Chile esté hoy en este lugar expectante, donde puede soñar con algo más que sólo salir de la pobreza, a diferencia de lo que ocurre en buena parte del mundo, y será su creatividad la que, unida a nuestro tradicional empuje, hará la diferencia. Como llamado de permanente alerta, podemos recordar que los países que eran parte de la ruta de la seda hasta el siglo XVIII fueron los más prósperos del momento, sin embargo, hoy en día muchos tienen a su población caminando descalza. Esto nos recuerda que nadie nos asegura que mantendremos una posición, una vez que se ha alcanzado.

Chile debe adaptarse a las necesidades y habilidades de los más jóvenes, para que tengan la posibilidad de florecer por el bien de nuestro país, utilizando también la sabiduría y visión de la generación mayor que aún tiene el control. Empresarios y jóvenes deben a trabajar en equipo para que juntos avancen hacia un futuro mejor y de la mano hagamos que Chile continúe siendo un país digno de admiración.

 

Publicada en El Austral, el Diario de Osorno
Domingo 20 Diciembre 2020