El Ejército separó de sus funciones a 14 militares involucrados en una fiesta clandestina desarrollada este lunes en Angol.
Según informó el coronel Manuel Provis, comandante del Regimiento Caballería 3 Húsares de Angol, del total de detenidos informados por el evento, 14 pertenecían a la agrupación.
Tras una investigación, Provis indicó que 13 de los aludidos corresponden a soldados de tropa profesional y un clase, siendo sorprendidos por Carabineros «en una reunión social no autorizada».
«El regimiento, tras recopilar los antecedentes necesarios, estableció que los soldados y el clase transgredieron las disposiciones sanitarias del COVID-19, así como también cometieron faltas graves a la disciplina de las Fuerzas Armadas», destacó.
Asimismo, la autoridad militar enfatizó se decidió «separarlos de sus funciones» pese a que esto «no los exime de las responsabilidad penales que decreten los tribunales de justicia».
El Ejército condenó este tipo de situaciones, aseverando que no corresponden a acciones de representantes de las Fuerzas Armadas.
«Rechazamos enérgicamente este tipo de hechos. Se alejan de la conducta que deben regir a un militar y empañan el esfuerzo que hace más de un año hemos demostrado los efectivos del Ejército para combatir la pandemia», sentenció.
Sobre el caso, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, dijo desconocer mayores antecedentes, pero remarcó que las medidas sanitarias deben ser respetadas «por todos».
«No hay ninguna diferencia en las reglas, porque estas están siendo cada vez más limitativas para las personas», afirmó Galli.
Remarcó que «estamos en una situación donde se exige que la ciudadanía entienda que debemos cuidarnos entre todos».
«Nadie puede evadir estas normas», destacó el subsecretario.
Fuente: 24 Horas