Hoy miles de personas en Sudamérica volverán la vista al cielo para contemplar el eclipse solar, aunque solo en algunas zonas de Chile y Argentina será total, un momento fascinante que además brinda a la ciencia una oportunidad para estudiar nuestra estrella.
Eclipse, según el Diccionario de la Lengua Española, procede del griego «ékleipsis», que significa desaparición y eso es precisamente lo que pasará este martes. El Sol desaparece durante unos minutos porque la Luna a consecuencia de su movimiento alrededor de la Tierra se situará entre ambos y produce una franja de oscuridad temporal.
En un eclipse total la Luna tapa el disco solar, lo que ofrece una oportunidad única para contemplar, con los ojos protegidos, la corona solar, que es ese resplandor alrededor del Sol oscurecido. Lo que se está viendo es la atmósfera de nuestra estrella, que alcanza una temperatura de dos millones de grados.
Un observador atento podrá ver las perlas de Baily, es decir, los destellos de luz que aparecen alrededor de la Luna poco antes y justo después de la oscuridad total, que son causados porque la luz solar brilla a través de los valles, cráteres y montañas de nuestro satélite, según explica en su web el planetario de Chile.
El eclipse total comenzará en un punto del océano Pacífico al este de Nueva Zelanda, tras lo que cruzará el Pacífico de oeste a este y se adentrará en Chile por la regiones de Coquimbo y Atacama.
Desde allí pasará a Argentina por las provincias de San Juan, La Rioja, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires para terminar en la ciudad de Chacomús, ya en el océano Atlántico, según datos del Instituto Geográfico Nacional de España.
En cada lugar el tiempo que la Luna oculte el Sol será variable y el máximo se producirá a unos mil kilómetros de la chilena isla de Pascua, donde la duración será de 4 minutos y 32,8 segundos.
En localidades como La Serena la duración de la totalidad será de 2 minutos y 15 segundos; mientras en las argentinas de Río Cuarto y Junín podrá verse durante 1 minuto y 58 segundos, y 2 minutos respectivamente.
La velocidad promedio de la sombra de la Luna cruzando Sudamérica será de 2735 kilómetros por hora, lo que supone 2,5 veces más rápido que un jet supersónico.
«Un espectacular golpe de suerte astronómica»
En este caso se ha dado «un espectacular golpe de suerte astronómica», según un comunicado de la Asociación chilena de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA), pues el eclipse pasará sobre el Observatorio Interamericano Cerro Tololo, un complejo de telescopios e instrumentos astronómicos situados a una altura de 2200 metros sobre el nivel del mar.
Ese golpe de suerte será aprovechado por cinco equipos internacionales de científicos «de primera categoría» para estudiar el evento.
Entre ellos un equipo español, encabezado por Miquel Serra-Ricart del Instituto de Astrofísica de Canarias, que investigará los cambios en la temperatura de la atmósfera de la Tierra, en particular de la ionosfera, a medida que la sombra pasa por encima, lo que tiene un gran valor paras predicciones del clima espacial.
Los otros equipos se interesarán en fotografiar la corona del Sol, usaran técnicas avanzadas para descifrar la composición química, la temperatura y la densidad de los diferentes componentes del plasma coronal, y analizarán el campo magnético de nuestra estrella.
Para observar un eclipse hace falta un lugar con buena visibilidad, que no haya nubes, pero, sobre todo proteger los ojos con una gafas adecuadas que bloqueen la luz ultravioleta e infrarroja, recuerda Aura. Por ello, quedan descartadas opciones como varias gafas de sol tradicionales superpuestas, radiografías o vidrios quemados.
Y en el caso de que no se pueda ver en esta ocasión, de forma excepcional solo habrá que esperar hasta el 14 de diciembre del año que viene para que un nuevo eclipse solar total se produzca en Sudamérica.
Fuente: Cooperativa