Según consigna Emol este viernes, una carta, enviada a los presidentes de las Conferencias Episcopales de Latinoamérica, fue la forma en que el cardenal Francisco Javier Errázuriz abordó la compleja visita del Papa Francisco a Chile ocurrida en enero, debido a la baja participación de los fieles y la presencia de Juan Barros en las actividades papales.
Este último es sindicado por los denunciantes de Fernando Karadima como encubridor de sus abusos y, en medio del viaje, el Papa defendió y señaló que «no había pruebas en su contra». National Catholic Reporter -medio estadounidense especializado en temas del Vaticano-, reveló parte del contenido de esa carta, donde Errázuriz apunta directamente a Barros como causante de la complejidades de la visita.
Según Errázuriz, Barros «no percibió la magnitud del problema» y «no evitó las entrevistas grupales». Además, en la carta el cardenal agrega que Barros dio la impresión de que consideraba las entrevistas «una oportunidad favorable para difundir su visión de las cosas y para defenderse de las acusaciones». Según Errázuriz la visita «demostró una debilidad» de la conferencia de obispos chilenos.
«Fuimos acompañados por un joven y valioso periodista, pero sin la experiencia profesional y la autoridad necesarias para dialogar con periodistas y agencias de noticias», indicó Errázuriz. El cardenal lideró la arquidiócesis de Santiago durante 12 años, hasta 2010, y en ese período recibió las denuncias de las victimas de Karadima.
Según su declaración como testigo ante la justicia, por la demanda civil presentada por las víctimas, el cardenal reconoció que en un inició no creyó en estas denuncias. «La fama del padre Karadima era extraordinaria, tenía hasta fama de Santo, con tal fama lo que era cierto, es decir la denuncia en esa época no la creí», aseguró en 2015.