En entrevista con Radio Sago desde Boston, Estados Unidos, Juan Sebastián Montes aludió a presiones del Ejecutivo para sacar adelante “proyectos malos, con cero tecnología que no solucionan el problema de la basura en la región”, en referencia a La Laja y Curaco, iniciativas a las que ya se han destinado 20.000 millones fiscales y una cantidad no calculada aún, aunque se estima millones de dólares, en asesorías técnicas externas.
Desde Boston, Estados Unidos, donde ejerce como académico, el ex intendente de Los Lagos entre 2010 y 2012, Juan Sebastián Montes (Evopoli), denunció en entrevista con Radio Sago la trastienda de lo que definió como “la crónica de un desastre anunciado” de los rellenos sanitarios de La Laja y Curaco, destinados a solucionar los problemas de disposición de basura en la región, y a los cuales se han destinado ya $20.000 millones, sin considerar millonarias asesorías externas que han acompañado un proceso que ha atravesado tres gobiernos en los últimos 10 años y por los cuales, indica, debería intervenir el Consejo de Defensa del Estado, para de una vez por todas cautelar los recursos públicos.
En 2010, Montes, como intendente de la región nombrado por el Gobierno del presidente Piñera, recibió los proyectos en marcha de rellenos sanitarios de Curaco y La Laja, perfilados para financiarse mediante un crédito al Estado por parte del Banco KBF de Alemania, por un monto de 14.000 millones de pesos, mediante licitación cerrada.
En el mismo periodo, regiones como la de Valparaíso optaba por el modelo de licitación abierta, en que el costo de los proyectos los asumía íntegramente el privado y en 2013, era inaugurado con una inversión de $2.500 millones de pesos de la empresa que obtuvo la concesión, el relleno de Viña del Mar, con capacidad para recibir 1.500 toneladas diarias de basura, tratar la basura, además de generar gas para producir electricidad. La Laja y Curaco, en cambio, tienen menor capacidad -360 y 220 toneladas diarias respectivamente-, no generan gas, ni tampoco pueden separar residuos en líneas diferentes.
En 2013, además, cuando Montes ya no era intendente, los presupuestos de ambas iniciativas fueron elevados a $10.000 millones cada uno, una cifra sideral comparada con Viña del Mar, cuando hoy, más encima, se discute en el Gobierno Regional si se asignan o no otros $5.000 millones para Curaco, ya que las obras que se encuentran detenidas desde 2015, por posibles fallas geológicas del terreno.
“Lo que estamos viendo en Los Lagos es una crónica de un desastre anunciado. Cuando asumí y me tocó revisar los proyectos. Le vi serios problemas económicos, técnicos y medioambientales, los cuales objeté y al final me gané una pelea gigante que duró prácticamente dos años, donde incluso me llevaron a la Contraloría, la que terminó casi ajusticiándome al dictaminar, y leo textual, que yo debería ser sancionado por no haber adoptado las acciones pertinentes, tendientes a la agilización del proyecto, cuando lo que yo quería era mejorarlo, porque de lo contario, iba a generar una mochila económica y una incertidumbre ambiental gigante para la región”, asevera Montes desde Estados Unidos.
Hoy, cuando uno de los dos proyectos financiados por el Estado –La Laja- que se inauguró en abril de 2016 ya fue sancionado por infringir las normas medioambientales, Juan Sebastián Montes es categórico al señalar que los proyectos así no funcionan. Recordó que en 2011 la región hizo un documento como Gobierno Regional que fue enviado a Santiago, a la Subsecretaría de Desarrollo Regional y a los ministerios involucrados. “En este informe dejamos claro que el proyecto no funcionaba en lo técnico, económico y medioambiental y en vez de hacer una licitación cerrada, que era lo diseñado por el primer Gobierno de Michelle Bachelet, propusimos hacerlo distinto, como en muchas otras regiones, donde el Estado no pone la plata sino el privado, quien se hace cargo del diseño. En ese informe dijimos además que se dejara abierta la posibilidad para usar tecnología para mejorar el manejo de los residuos sólidos y que si de ello emana una ganancia, esto se reparta equitativamente entre el que provee la solución y las municipalidades. Ninguna de las observaciones se terminó aceptando”.
El ex intendente regional indicó que si el informe realizado por el Gobierno Regional en 2011 hubiera sido considerado, estas iniciativas no habrían seguido adelante. “No se habría pagado más plata y hoy no tendríamos el desastre de La Laja y lo que probablemente va a ocurrir en Curaco, si es que se sigue invirtiendo en un mal proyecto que más encima está en una falla geológica”.
En este punto, existen visiones encontradas. Esto, porque informes de Sernageomin y la Universidad de Chile han desechado la existencia de fallas geológicas en el terreno de Curaco, mientras una consultora privada indica lo contrario para justificar la paralización de las obras sin que se caduque el contrato de la empresa adjudicataria Sevitrans. Es la misma tesis de la falla la que se esgrime para elevar desde $10.000 millones a $15.000 millones el presupuesto de la detenida obra, una decisión que el Gobierno Regional había tomado en 2017 y que deberá ratificar o rechazar definitivamente a fines del próximo mes.
“Lamentablemente –asevera Montes- esto no se paró a tiempo. La mayoría de las voces políticas no se levantaron, con la excepción bastante particular del diputado Fidel Espinoza, pero nadie más de la Concertación ni de mi lado –Chile Vamos- lo objetaron. Algunos alcaldes me decían en privado que veían algunos problemas serios, pero ninguno levantó la voz y durante dos años traté de mejorar los proyectos, pero luego todo se borró con una mano y las iniciativas siguieron adelante –una vez que dejó el cargo-“. En efecto, fue en 2013, cuando ya había asumido el mando de la región Jaime Brahm (RN), cuando el proyecto de La Laja fue suplementado en su presupuesto y en 2014 en el periodo de Nofal Abud (PPD), en donde se destinaron $3.000 millones adicionales a Curaco.
-¿Se sintió políticamente solo?
-Por supuesto, porque estos temas son muy complicados, ya que la mayoría de la gente percibe que aquí hay puros costos y que cualquier objeción a esto genera molestia en Santiago, desde donde te llaman al orden y ese tipo de cosas, tanto para los que están en la Oposición como los que están en el Gobierno tratan de evitar este tipo de temas. Yo como intendente quería hacer lo mejor para la región, me encanta el servicio público, pero he vivido siempre de otras cosas, así es que no tenía ningún problema en ponerle la proa a este proyecto que me parecía malo.
-¿Qué opina que en el caso del relleno sanitario de Curaco se haya esgrimido una falla geológica para detener las obras y solicitar una suplementación de recursos?
-Eso es sencillamente impresentable. Es como si vas a construir un edificio y recibes un informe geológico que señala que el terreno tiene una falla… ¿qué haces? No construir el edificio, pero ese informe probablemente se tapó bajo otras carpetas, habiendo varias decenas de personas involucradas en el proceso. Y ese problema, como muchos otros que tiene esta iniciativa, se han tapado y han seguido avanzando y yo ya creo que es hora de poner un atajo a estos proyectos que son malos y un hoyo sin fondo, donde el Estado va a seguir poniendo plata y teniendo un riesgo ambiental gigante. Yo te puedo asegurar que Curaco va a tener problemas de operación, como ya los está teniendo La Laja, de manera constante.
-Aquí usted habla derechamente de una negligencia…
-Así es, grave, gravísima, de todas las autoridades involucradas en manejar un proyecto de esta envergadura que pasa por la Asociación de Municipalidades, la División de Residuos Sólidos de la Subdere, otra que hay en el Gobierno Regional. Nadie dijo nada, por años, lo que es impresentable y debería costarle al cargo a quienes tuvieron que visar estos documentos y para qué decir las compañías asesoras que han cobrado millones de dólares por hacer un trabajo mal hecho. Aquí se debería llamar al Consejo de Defensa del Estado y en el caso de Curaco, se deberían interrumpir los pagos que de continuar adelante, va a ser un desastre para la región.
-Cuando se habla de La Laja y se presenta como obra moderna, al igual que Curaco, ¿cómo lo toma?
-No son modernas. Yo he vivido en Europa, hoy en Estados Unidos, y te puedo decir que todos los vertederos incorporan tecnología y actualmente lo que hay en La Laja y lo que se hace en Curaco, es, para explicarlo en simple, una torta de mil hojas, donde con una máquina va tirando la basura, se le pone tierra encima y se va compactando, por lo cual va a permanecer ahí por miles de años, generando residuos líquidos en una región donde además llueve todo el tiempo. Eso tiene cero tecnología. Hoy, la tecnología permite separar la basura orgánica que genera gas, el que a su vez puede ser luego transformada en electricidad. Se pueden establecer líneas para separar elementos metálicos, vidrios, papeles, etcétera. Nada de eso está incorporado en La Laja y Curaco y si las empresas que los operan quisieran incorporar esas tecnologías, no cuentan con incentivos para hacerlo, porque el contrato no les permite recuperar la inversión en esa área y repartir con las municipalidades. Yo puedo asegurar que con el paso del tiempo vamos a ver siempre aumentos de obras por parte del Estado y las tarifas a los municipios y las personas van a continuar aumentando. Esto es mejor que los vertederos ilegales, claro, pero no nos comparemos con ellos…sino con obras que el Chile del siglo XXI necesita y no sencillamente al raspado de la olla de los proyectos.
-¿Qué se debe hacer ahora?
-Primero, tomar conciencia que los proyectos son malos y un gastadero de plata. El sentido común dice que no se puede seguir poniendo plata en un proyecto malo y por lo tanto, se deberían tomar todas las medidas para cerrar los proyectos mal hechos, partiendo por Curaco, e irnos a un modelo de licitación abierta, donde la región invita a muchos operadores de Chile y el extranjero para que ofrezcan una buena solución. Así atraeríamos a los mejores. No pagaría aumentos de obras y para el colapsado Vertedero de Osorno que debía ser reemplazado a estas alturas por el relleno de Curaco, haría un plan de cierre y en paralelo planificaría el establecimiento de uno o dos vertederos con tecnología de punta para la provincia.
-¿Alguna sugerencia para el actual intendente Harry Jürgensen?
-Tengo una excelente opinión personal del actual intendente. Es una persona seria, honesta, creo que se va a meter en el tema, no he hablado con él de esto, pero espero que se asesore lo mejor posible, que no se deje llevar por lo que viene de Santiago y le impulsa a seguir pagando y avanzando en un proyecto que no tiene destino y estoy seguro que él y su equipo pondrán todo para hacer un proyecto mejor. También invitaría a las autoridades locales, a los alcaldes, a los parlamentarios, para que realmente sumen esfuerzos con el objetivo de que se haga un proyecto bueno en la región. Pongámonos serios, hagamos un proyecto que van a ver nuestros hijos y nuestros nietos y dejemos hacer leseras de invertir en proyectos que sabemos que son malos y no van a solucionar el problema de la región.