No fue sorpresa la decisión de los concejales en la interna de la Municipalidad de Osorno, quienes no asistieron a la sesión extraordinaria citada para este lunes a las 10 de la mañana, donde se debía elegir al nuevo alcalde suplente.
La sala de sesiones permaneció vacía, dejando en acta el hecho. Más allá del simbolismo de ver los asientos de los concejales sin sus ocupantes, la decisión tiene una razón fundamentada.
Según detalló el concejal y alcalde protocolar, Miguel Arredondo, para asumir la suplencia de la alcaldía se debe renunciar primero a ser concejal, un trámite que demora quince días. Y solo quedan once para el cambio de mando. Sin contar que también se deja al concejo con un integrante menos y que es necesario reemplazar.
Arredondo dijo que con las actuales funciones del alcalde subrogante y del protocolar, todo funciona bajo lo que indica la legislación vigente en cuanto a firmas y responsabilidades. Un hecho al que se sumó el concejal Juan Carlos Velásquez, quien agregó que en once días es casi imposible entregar un acta para el traspaso de mando, por lo que es mejor mantener la administración comunal tal cual como está, hasta el viernes 6 de diciembre, jornada en la que asume el alcalde electo, Jaime Bertín.
Por último, el alcalde subrogante de Osorno, Hardy Vásquez, argumentó que la decisión de los concejales se basa netamente en el tiempo acotado que queda de la actual administración, sumado a que los concejales por ley, están facultados a no dar explicaciones por su eventual ausencia de los concejos municipales.
Desde la interna de la concejalía de Osorno manifestaron que es necesario revisar la ley electoral, respecto a las renuncias previas y el trámite respectivo en el Tribunal Electoral Regional, para evitar este tipo de situaciones, que para los ojos de la ciudadanía y en palabras simples, parece un acto de simple desidia, aún teniendo los argumentos de sobra.