Gobierno de Ecuador rompe el silencio y se refiere a la irrupción en la embajada de México

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El Gobierno de Ecuador se refirió esta tarde al hecho ocurrido en horas de la noche de viernes, cuando la Policía de ese país irrumpió en la embajada de México para detener al ex vicepresidente, Jorge Glas.

El allanamiento a la sede diplomática, ha sido rechazado ampliamente por los gobiernos latinoamericanos, desde los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela hasta Argentina, Chile, Brasil y Bolivia.

En ese sentido, la Cancillería de ese país afirmó que el operativo se concretó por «un riesgo real de fuga inminente» de Jorge Glas. «La decisión del presidente de la República fue tomada, además, ante un riesgo real de fuga inminente del ciudadano requerido por la justicia, en ejercicio de nuestra soberanía», señaló Gabriela Sommerfeld, canciller.

La secretaria de Estado agregó que «El Gobierno Nacional ha cumplido con la orden de detención del señor Jorge Glas, dispuesta por la Corte Nacional de Justicia y puesto a las órdenes de las autoridades competentes. Para el Ecuador, ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político, cuando ha sido condenado con sentencia ejecutoriada y con disposición de captura, emitidad por las autoridades judiciales».

Sommerfeld apuntó que la embajada de México, al recibir a Glas luego de que este recibiera asilo político, contribuyó a que se incumpla sus obligaciones judiciales. «Así se afectan las instituciones democráticas de Ecuador, contraviniendo claramente el principio fundamental de no intervención en los asuntos internos de otros estados».

Correa dice que la reputación de Ecuador está «hecha pedazos»

El expresidente de Ecuador Rafael Correa (2007-2017) aseguró este sábado que la reputación internacional de su país está «hecha pedazos».

«El daño para la reputación del país es inmenso, creo que irreparable en el corto plazo», señaló en una entrevista por videoconferencia con EFE, donde se preguntó quién va a respetar ahora las embajadas de Ecuador en el exterior o a los migrantes ecuatorianos si una fuerza estatal de otro país abusa de ellos.

«Antes se le conocía a Ecuador como el ‘jaguar’ de América Latina, y ahora se lo conoce por ser el país más violento (de Latinoamérica), el principal exportador de droga, sobre todo de cocaína, a Europa. (…) El último clavo al ataúd fue la toma del canal de televisión en enero. El país está enterrado. Su prestigio, su reputación, está hecha pedazos», señaló.

Correa reside desde 2017 en Bélgica, donde cuenta con la condición de refugiado al denunciar persecución política y ‘lawfare’ (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos), el mismo motivo que llevó a pedir el asilo a México a Glas, que tiene dos condenas vigentes por corrupción y está imputado en un nuevo caso.

«Es un ‘casu belli’ (motivo de guerra)», enfatizó Correa al señalar que lo sucedido en la noche del viernes en la Embajada de México en Quito es «técnicamente un secuestro en territorio extranjero» de una persona a la que se le había concedido asilo político.

El exgobernante afirmó que a Glas, sobre quien pesaba una orden detención y prisión preventiva, «le patearon la cabeza y la cadera y le pisaron los dedos de las manos y de los pies», lo que hace que «no puede caminar bien como se vio en un video» de su traslado a la cárcel. «Ni siquiera es (un acto) fascista, es bárbaro», señaló.

Para el exmandatario no hay un precedente similar donde un Gobierno ordene a la fuerza estatal irrumpir en la embajada de otros país, pues recordó que en el caso de Julian Assange, este fue entregado a las autoridades británicas, que accedieron a la sede diplomática de Ecuador en Londres para detener al informático australiano.

Incluso señaló que ni siquiera el Gobierno del conservador presidente Guillermo Lasso se atrevió a invadir la Embajada de Argentina cuando el Gobierno del peronista mandatario Alberto Fernández dio el asilo a la exministra correísta María de los Ángeles Duarte, tras más de dos años alojada junto a su hijo menor en la residencia del embajador en Quito.

Preguntado por si cree que Noboa buscó evitar un episodio similar al de Duarte, que logró salir del país sin que las autoridades ecuatorianas se percataran tras haberle negado el salvoconducto para no ser detenida, Correa afirmó que la hipótesis más probable que explica el episodio con México es la «torpeza» y «vanidad» de Noboa.

Correa describió al joven presidente, de 36 años como «un chico muy inmaduro que nació en cuna de oro, creció en una burbuja, ya no plateada, sino con diamantes, y que no conoce la realidad», pues lo consideró «caprichoso, engreído, malo… y ahora lo hemos ratificado».

También lo calificó de vanidoso por haber reaccionado con la expulsión de la embajadora de México, Raquel Serur, ante las declaraciones del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador en las que, en el contexto de las elecciones mexicanas, relacionó el asesinato en Ecuador del candidato presidencial Fernando Villavicencio con el triunfo de Noboa sobre la candidata correísta Luisa González.

Asimismo, Correa cree que Noboa fue «extremadamente torpe» en manejar la situación, pues en su situación aseguró que habría concedido el salvoconducto por respeto al derecho internacional y «sacarse un problema de encima».