Continúan las repercusiones en torno al masivo despido ocurrido el 1 de febrero pasado por parte de la empresa salmonera Cermaq en Chiloé, que de acuerdo a la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, comprometió la desvinculación de más de mil trabajadores de la zona.
A este respecto, la Seremi de Economía, Carmen Gloria Muñoz, reafirmó la cifra inicialmente estimada por la firma, relativa a 235 funcionarios despedidos, señalando que el resto responde a casos de término de contrato y faenas.
Desde el Gobierno reconocen la existencia de una crisis en el sector, y por lo mismo la Seremi planteó que trabajan en medidas que contribuyan a la reactivación económica, por medio de acciones tales como el fortalecimiento de Sernapesca a través de la creación de un centro de enfermedades, toda vez que el costo paliativo de éstas influiría en la menor competitividad.
En lo que respecta a los trabajadores, la autoridad de Gobierno, señaló que ya trabajan en labores de coordinación, tendientes a la reconversión de los trabajadores que fueron desvinculados.
En cuanto a los motivos, Cermaq ha señalado que las desvinculaciones se basan en las proyecciones que prevén una baja producción entre el 2016 y 2017, en el marco de una zona que en el último trimestre móvil publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, sitúa a Chiloé con un 1,4% de cesantía, mientras que la tasa regional es de un 2,3%, entendida como la más baja en el país.