La grave crisis del sector forestal – ha sido advertida reiteradamente a las autoridades – con escasos resultados hasta ahora.
Por eso, desde los gremios agrupados en la red Futuro Madera, compuesta por la Asociación Chilena de Biomasa (AChBIOM); Asociación de Contratista Forestales (Acoforag); Asociación de Propietarios de Bosque Nativo (Aprobosque); Colegio de Ingenieros Forestales (Cifag); Corporación Chilena de la Madera (Corma) y los Pequeños y medianos industriales de la Madera (PymeMad), emitieron una declaración pública , en la que manifiestan su molestia por la ausencia de CONAF y en particular de su director nacional en el debate de la crisis forestal.
Aseveran que, es un hecho que las pequeñas y medianas empresas del sector están destinadas a desaparecer si no se enfrenta desde la política pública un conjunto de amenazas como son el desabastecimiento de madera, la ausencia de fomento a las plantaciones, en especial las afectadas por los incendios, y la necesidad de una institucionalidad que aborde las complejidades del sector.
También lamentan por lo mismo que sobre este debate no se haya pronunciado la principal autoridad sectorial como es el director ejecutivo de la Corporación Nacional Forestal (CONAF).
Los gremios forestales expresan que, «es fundamental que la autoridad forestal adopte un mayor protagonismo y asuma un rol activo en el reimpulso de un sector inequívocamente deprimido». Indican en el comunicado que están convencidos de que la resolución de los problemas actuales es imposible obtenerla sin autoridades sectoriales que entiendan la gravedad de la situación y actúen en consecuencia. «Hoy no observamos esa disposición, por el contrario, nos vemos enfrentados a diagnósticos y propuestas unilaterales que no ofrecen una solución efectiva ante la crisis que enfrentamos», afirman.
Por último, para ellos es imperativo que las autoridades del sector forestal escuchen el llamado que los distintos actores han planteado de manera transversal. Por todo lo expuesto en esta declaración, dicen que está en juego más de 300.000 empleos y el bienestar de numerosas comunidades que dependen directamente de la industria forestal.
