La necesaria calma que se necesita en las salas de recuperación de pacientes en los hospitales de la red pública en la provincia de Osorno, es un verdadero oasis en medio de una guerra declarada entre los diversos gremios de la salud y la actual dirección del Servicio de Salud local.
El objetivo de los diversos sindicatos es la renuncia de Rodrigo Alarcón Quesem, el cual es acusado de diversas prácticas antisindicales y abuso de poder.
Uno de los sucesos más graves, es la filtración de un audio, según dijeron desde la Multigremial, donde el propio Alarcón Quesem reconoció la existencia de “palos blancos”, es decir, infitrados, en la Contraloría General de la República, detalló César Fernández, vocero los gremios de la salud de Osorno.
Fernández argumentó que el director del Servicio de Salud Osorno es un líder negativo, pues no reconocería la autoridad de la ministra Ximena Aguilera, siendo supuestamente avalado por su amistad con el subsecretario, Osvaldo Salgado.
Los gremios de la salud puntualizaron a Rodrigo Alarcón como un directivo que socava las confianzas y no entrega garantías de probidad, templanza, gestión, respeto y liderazgo.
Consultados por Radio Sago, desde el Servicio de Salud Osorno se remitieron a enviar un comunicado escrito, sin audios, firmado por el mismo ente público y no por el director.
En el documento descartan las afirmaciones realizadas por la Multigremial y precisaron que estas argumentaciones son “distractores”, pues se habrían generado por la facultad que tiene el servicio, de solicitar a los líderes sindicales que propongan un modelo de autorregulación para poder cumplir con su labor dirigencial y como funcionarios contratados por el servicio, ya que cifraron en cerca de 50 los trabajadores que no están ejerciendo sus labores día a día, con un costo cercano a los 600 millones de pesos anuales para el Estado.
